
(Interesantísimo fue, en verdad, el informe interno que la Confederación de Empresarios de Córdoba elaboró y en el que denunció de una vez por todas al ayuntamiento de la capital cuestionando su gestión en materia de infraestructura, que según la Patronal estaba bloqueando su desarrollo, al contrario que los pueblos de la provincia.
Cierto que no era una noticia agradable para la alcaldesa y el ayuntamiento que presidía, pero también es cierto que lo que ellos decían era una verdad como un templo.
¿Proyectos? Muchos, pero todos se quedaban en meras ilusiones y en vanas declaraciones. Sin embargo, ingenieros, arquitectos, peritos, albañiles, grúas, maquinarias pesadas, camiones, remolques, hormigoneras y asfaltadoras no se veían por lado alguno.
El ciudadano Ramírez, a su modo, como siempre, intentó poner el tema en versos, aunque esta vez la guasa fuese bastante más gruesa que en otras ocasiones).
Cierto que no era una noticia agradable para la alcaldesa y el ayuntamiento que presidía, pero también es cierto que lo que ellos decían era una verdad como un templo.
¿Proyectos? Muchos, pero todos se quedaban en meras ilusiones y en vanas declaraciones. Sin embargo, ingenieros, arquitectos, peritos, albañiles, grúas, maquinarias pesadas, camiones, remolques, hormigoneras y asfaltadoras no se veían por lado alguno.
El ciudadano Ramírez, a su modo, como siempre, intentó poner el tema en versos, aunque esta vez la guasa fuese bastante más gruesa que en otras ocasiones).
Van de aquí para allá, hablan, proclaman,
dicen que van a hacer, que están haciendo,
todo el día se pasan prometiendo,
todo el año se va sólo en soflamas,
y Córdoba parece un crucigrama,
un laberinto, es más, una ruina,
con una obrita en cualquier esquina,
con cuatro parches y tres mil remiendos.
Yo le digo, aquí y ahora,
que eso no es serio, señora.
Van de aquí para allá, yo no sé adonde,
y miles de millones se barajan
sabiendo que no hay un duro en caja.
¿Es que irán por atún y a ver al conde?
Pero no dicen nada, no responden,
tan sólo por la radio y letra impresa
nos enteramos de las mil promesas
y de dos mil trescientas zarandajas.
Yo le digo, aquí y ahora,
que eso no es serio, señora.
Van de aquí para allá sin soluciones
a la autovía Córdoba-Antequera,
a poner fin al Plan de la Ribera,
a dejarse en los temas los…riñones.
Ya Córdoba no aguanta decepciones
y quiere ver realidades, no promesas,
de sus ediles y de su alcaldesa,
obras y no ilusiones lisonjeras.
Yo le digo, aquí y ahora,
que eso no es serio, señora.
Van de aquí para allá, y ¿para cuándo
el Vial Norte, la Ronda de Poniente,
sobre el Guadalquivir el nuevo puente
y tantas cosas que estamos esperando?
Córdoba necesita ordeno y mando,
menos palabras y muchas realidades,
verdad quiere y nunca ambigüedades.
Teniendo su pasado, no tiene su presente.
Yo le digo, aquí y ahora,
que eso no es serio, señora.
Van de aquí para allá, pero no aprenden
los ejemplos de otras capitales
que sacan los dineros a raudales
y sus proyectos mimosamente atienden.
Los proyectos de aquí siempre dependen
de lo que quieran darnos como sobras,
y así nos crece el pelo, así las obras,
y así somos -¡qué pena!-, marginales.
Yo le digo, aquí y ahora,
que eso no es serio, señora.
Van de aquí para allá, pero no salen
de ese único e histórico universo
para observar que hay otros más diversos,
más pequeños y humildes, y que más valen.
Cuando viajan, no acuden al examen
que les proponen Montilla, Aguilar, Lucena,
el Valle de los Pedroches, oro de aceite en Baena…
¡De las promesas –tan pobres-, al millonario reverso!
Yo le digo, aquí y ahora,
que eso no es serio, señora.
Van de aquí para allá, pero sin norte,
noctámbulos andando su proclama,
con nada entre sus manos, sin la fama
de aquellos que prometen con resortes.
No tienen andamiaje, ni un soporte
donde asentar el hato de las palabrerías,
promesas y promesas cada día
que nadie cree y que un edil proclama.
Yo le digo, aquí y ahora,
que eso no es serio, señora.
¡Van de aquí para allá soltando tralla,
de sus cargos haciendo apostolado,
sin haber hecho aún el noviciado
y más quemados que un ninot de fallas.
Todo se va en hablar, porque no callan,
de inversiones, obras y equipamientos,
y las únicas obras que contemplo
son las de Prasa, Osuna y de Tirado.
Yo le digo, aquí y ahora,
que eso no es serio, señora.
Por eso la CECO ya ha puesto su grito,
y denuncian, serios, la falta de apoyo,
Córdoba ha caído de nuevo en el hoyo
como en otros tiempos que citar evito.
También esta izquierda tenía el silloncito,
el trono edilicio y muy consistorial,
desde entonces Córdoba, en lo municipal,
está aún metida en un fangoso arroyo.
Yo le digo, aquí y ahora,
que eso no es serio, señora.
Hablan de aeropuerto, de Parque Joyero,
miles de millones de inversión local,
mas siempre se olvidan de lo elemental:
de quién será el lerdo que pondrá el dinero.
Con tantas promesas, será el archivero
quien tenga el trabajo de ir archivando
palabras que un día salieron del bando
de los que gobiernan tan superficial.
Yo le digo, aquí y ahora,
que eso no es serio, señora.
Hay que abrir la mano, buscar inversiones,
exigir a la Junta, que tiene la pasta,
y decirle a Chaves que ya está bien, basta
de una vez por todas tantas dejaciones.
Pero hay que exigirle llevando razones,
propuestas concretas y con prioridades,
¿autovía primero o primero el AVE?
Verá de esta forma cómo se lo gasta.
Yo le digo, aquí y ahora,
que eso es lo serio, señora.
Abra usted la mano a grandes superficies,
cuide del turismo, que se está marchando
porque en pleno centro se le está robando,
y por bien de Córdoba nada desperdicie.
Sea avariciosa y siempre propicie
que entren las empresas en esta ciudad,
que con ellas viene mucho capital
y eso es lo que a todos nos está faltando.
Lo siento mucho alcaldesa
por esta fuerte paliza,
podría decirle más cosas…,
pero hoy tengo mucha prisa.
¿Qué noticias te llegaban de lo que opinaba la alcaldesa de ese "ciudadano Ramírez" tan osado y tan poeta...?
ResponderEliminarEstuvieron a punto de descubrirme. Mi voz es inconfundible y delatadora. El concejal de Fiestas Mayores me dijo un día que si era yo el que hacía aquello. Y le dije: -Marcelino, ¿tú crees que con mi trabajo me da tiempo para hacer esas tonterías?.
ResponderEliminarAhí quedó todo.
¡No llegó nunca la alcaldesa a enterarse de nada? Pues si es así, dice poco de su interés por la crítica y la poesía. Cualquiera, por muy alto cargo que ocupara, hubiera hecho las averiguaciones necesarias por aclarar algo que tanto le afectaba y tanto se comentaba en la ciudad. Falla por ahí esta muchacha, buena alcaldesa y tan buena (y lista) política que ha llegado a ministra, por muy bajo que hayan puesto el nivel...
ResponderEliminarYo creo que lo sabía, pero las veces que tuve oportunidad de charlar o cenar con ella jamás me dijo nada.
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