
LOS REYES
Melchor y Gaspar están mosqueados con sus camellos porque no corren lo suficiente para llegar pronto a llevar sus regalos al Niño Dios. Baltasar, como viene de la cercana Tartessos, y está pasando por el Puente de Triana, se sonríe por la suerte que le cupo de haber vivido tan cerca.
LAS BARBAS DE SAN JOSÉ
San José cuida sus barbas para darle a su Hijo el primer beso de amor. Cuando lo intenta, al Niño le hacen cosquillas e inunda de sonrisas el muladar de su nacencia. ¡Ni que decir tiene que eran sonrisas divinas!
SUEÑO ROCIERO
Llegó un labriego y le dijo a un pastor de la marisma:
Melchor y Gaspar están mosqueados con sus camellos porque no corren lo suficiente para llegar pronto a llevar sus regalos al Niño Dios. Baltasar, como viene de la cercana Tartessos, y está pasando por el Puente de Triana, se sonríe por la suerte que le cupo de haber vivido tan cerca.
LAS BARBAS DE SAN JOSÉ
San José cuida sus barbas para darle a su Hijo el primer beso de amor. Cuando lo intenta, al Niño le hacen cosquillas e inunda de sonrisas el muladar de su nacencia. ¡Ni que decir tiene que eran sonrisas divinas!
SUEÑO ROCIERO
Llegó un labriego y le dijo a un pastor de la marisma:
-Me han dicho que ha nacido un Niño, tan rubio como la miel de nuestros romeros, que será nuestra eterna alegría.
Y el pastor ya lo soñó cogido, sobre su falda, por las benditas manos de la Reina de las Rocinas...
EN LA CARPINTERÍA
Estaba entre virutas y leznas, barrenas y martillos, garlopas y serruchos de cuerda. José fabricaba una silla para su pariente Isabel, a la que Dios estaba bendiciendo con el fruto de un hijo. Jesús, mientras tanto, no dejaba de incordiar por el taller ensamblando maderas a su capricho.
A José se le quedó el cuerpo frío cuando vio que Jesús atravesaba dos maderas.
-¡Niño, ¿qué haces?!
-No te preocupes, papá, que ya sé mi destino.
ANUNCIACIÓN SEVILLANA
María bordaba su ajuar entre buganvillas, damas de noche y blancos jazmines, cuando un ángel gitano se le apareció y le dijo, entre otras cosas, que estaba llena de gracia y que era bendita entre todas las mujeres.
-No temas, María -le dijo Gabriel, arcángel pinturero-, porque tu Hijo habrá de nacer en Sevilla, la que será llamada tierra de María Santísima y la que te va a poner de sobrenombre, con el Sol espejándose en tu cara, el bendito apodo de Macarena.
CON LOS DOCTORES
Era la fiesta de Pascua, y José y María subieron a Jerusalén. Jesús, mientras sus padres iban al "cortinglés" del zoco, se perdió en el templo y habló con los doctores. Le preguntaron diez mil cosas: Dos más dos, Sevilla o Betis, Joselito o Belmonte, Sevilla o Triana. A esto último, Jesús les contestó: -Cada tarde me siento en la zapata, a orillas del Guadalquivir, para ver de frente ese nardo anaranjado que los hombres plantaron, para orgullo de la cristiandad, en el corazón de la ciudad. Mujer, que no torre. Rosa de piedra llamada Giralda.
Y por eso entendieron los doctores, con lágrimas en los ojos, que Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios.
¿ÁRBOL O BELÉN?
-¡Papá, que quiero un árbol como los niños americanos!
Y el pastor ya lo soñó cogido, sobre su falda, por las benditas manos de la Reina de las Rocinas...
EN LA CARPINTERÍA
Estaba entre virutas y leznas, barrenas y martillos, garlopas y serruchos de cuerda. José fabricaba una silla para su pariente Isabel, a la que Dios estaba bendiciendo con el fruto de un hijo. Jesús, mientras tanto, no dejaba de incordiar por el taller ensamblando maderas a su capricho.
A José se le quedó el cuerpo frío cuando vio que Jesús atravesaba dos maderas.
-¡Niño, ¿qué haces?!
-No te preocupes, papá, que ya sé mi destino.
ANUNCIACIÓN SEVILLANA
María bordaba su ajuar entre buganvillas, damas de noche y blancos jazmines, cuando un ángel gitano se le apareció y le dijo, entre otras cosas, que estaba llena de gracia y que era bendita entre todas las mujeres.
-No temas, María -le dijo Gabriel, arcángel pinturero-, porque tu Hijo habrá de nacer en Sevilla, la que será llamada tierra de María Santísima y la que te va a poner de sobrenombre, con el Sol espejándose en tu cara, el bendito apodo de Macarena.
CON LOS DOCTORES
Era la fiesta de Pascua, y José y María subieron a Jerusalén. Jesús, mientras sus padres iban al "cortinglés" del zoco, se perdió en el templo y habló con los doctores. Le preguntaron diez mil cosas: Dos más dos, Sevilla o Betis, Joselito o Belmonte, Sevilla o Triana. A esto último, Jesús les contestó: -Cada tarde me siento en la zapata, a orillas del Guadalquivir, para ver de frente ese nardo anaranjado que los hombres plantaron, para orgullo de la cristiandad, en el corazón de la ciudad. Mujer, que no torre. Rosa de piedra llamada Giralda.
Y por eso entendieron los doctores, con lágrimas en los ojos, que Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios.
¿ÁRBOL O BELÉN?
-¡Papá, que quiero un árbol como los niños americanos!
-¡Que no, hijo, un belén!
Que si árbol o belén, belén o árbol. Y al final triunfó el árbol sobre la tradición familiar. Pero vino un leñador, aterido de frío, y lo taló. Entonces, lloró el niño pensando en su molino, en su puente, en sus tres reyes magos y en un Niño, como él, que por su culpa se había quedado ese año sin cuna.
Emilio Jiménez Díaz
"Que bueno es ser bueno y no sólo en Navidad! (1993)
(Ilustración: Asensio Sáez)
"Que bueno es ser bueno y no sólo en Navidad! (1993)
(Ilustración: Asensio Sáez)
Un pequeño comentario en relación al árbol, que no es una tradición norteamericana, aunque lo parezca. Es una costumbre centroeuropea que allí comenzaron a celebrar los cristianos, tomando un abeto y llenándolo de velas y manzanas. Las manzanas significaban la lucha contra el pecado original y las velas eran la luz del mundo, como se conoce a Jesucristo.
ResponderEliminarEsta tradición centroeuropea, pasó con la emigración al norte de América, sobre todo a EEUU y, desde allí, de nuevo vino a Europa despojada de su sentido original, que es el que os he comentado.
Es el mismo caso que Santa Claus: San Nicolás, santo español, ayudado por su siervo Pedro el Negro, reparten los juguetes, a principios de diciembre, a los niños de Holanda. La tradición holandesa llegó al este de EEUU, puesto que en esa zona se realizó la primera colonización europea y se crearon los primeros Estados, que luego formarían la Unión. El nombre holandés de San Nicolás, Saint Nicklaus, se convirtió, por degeneración fonética, en Santa Claus, que llega hasta nosotros de vuelta, y al que los niños americanos llaman, simplemente, "Santa".
Por lo tanto, el árbol de Navidad y Santa Claus son dos costumbres cristianas de celebración de la Navidad.
Pues ya le estábamos cogiendo manía a estas costumbres que creíamos "paganas". Son católicas y hasta el santo es compatriota , pero donde se ponga un Nacimiento y un villancico flamenco...
ResponderEliminarPues la costumbre del nacimiento o belén, no es española, sino de origen italiano, parece ser que de San Francisco de Asís en el año 1223, que creó una gruta con lo que llamamos nosotros el "misterio". De ahí pasó al resto de países de Europa el gusto por montar figuras de barro cocido representando el Nacimiento de Jesús. Los primeros belenes se hacen en las iglesias y monasterios. En España, el primer belén se monta en el monasterio de las Agustinas de Murcia. En el siglo XVII la costumbre del belén deja de ser únicamente eclesiástica y pasa a ser una costumbre que se realiza en los hogares, teniendo gran difusión y aceptación por todos los estratos sociales.
ResponderEliminarBien, bien a todo lo que dice Caty, pero con ciertos reparos. La tradición del Belén es verdad que empieza a instaurarse en Italia. Hay verdaderas maravillas en iglesias, conventos y casas particulares. Es espectacular el Belén de Salzillo en Murcia. Os invito a que lo veáis. En cuanto a lo de Santa Claus ya tengo mis dudas. Antes vestía de verde -¿lo sabíais?- pero hubo un acuerdo con la firma internacional Coca-Cola para cambiar su indumentaria en rojo.
ResponderEliminarEn casa, yo monto un "Misterio" maravilloso firmado por Ortigas que es una joya. LLegó a mis manos de casualidad. Si queréis, un día os cuento la historis de esta posesión inesperada.
Conocí y entrevisté en más de una ocasión a una señora sevillana que era una gran especialista en los temas navideños; tenía varios libros publicados sobre el tema. Lo que da idea de lo vasto y atractivo que es el tema. Caty, por lo que leo, podía competir con ella. Y una Navidad grabé, con Manolo Barrios y Jesús Heredia en la casa del coleccionista más reconocido de belenes en Sevilla. Sabemos que existen asociaciones de belenistas. Está bien que hayamos hablado de un asunto que no puede estar en mejor momento.
ResponderEliminar... y esperamos la historia del "Misterio" de Emilio, para que deje de serlo...
ResponderEliminarA mí me ha encantado siempre la Navidad y, por mi profesión, sé que he hecho feliz a miles y miles de sevillanos con los belenes que realizaba para El Corte Inglés de Nervión, igual que después he hecho en Córdoba.
ResponderEliminarSabéis que he reproducido la Sevilla antigua, que hice el belén de los pueblos blancos, el de las catedrales de España, el de la Córdoba profunda... ¡Me encanta!
La historia del belén de Ortigas es simple. Cuando enviado por mi empresa iba a Murcia, a Puente Tocinos -el gran barrio de los artesanos belenistas- a comprar las figuras para el belén que se montaba cada año en Nervión, en uno de ellos vi arrumbado un misterio de 40 centímetros de altura de una calidad envidiable. Le dije a Nicolás Almansa que cuánto costaba ese "misterio" que estaba lleno de polvo y arrinconado en su gran taller. Me contestó que 45.000 pelas, un dineral para aquel tiempo. Le dije que me encantaba, pero que no podía pagar esa cantidad. Y ahí se quedó todo. Cuando al día siguiente me despedía del hotel en el que me alojaba, el conserje me dijo: -señor Jiménez, aquí han dejado unas cajas para usted con un sobre. Fue el regalo del gran Nicolás. Como no podía llevármelas en el avión, mi compañero de El Corte Inglés de Murcia me las hizo llegar por nuestra valija de empresa. Son piezas firmadas por Ortigas que hoy tienen un valor incalculable. Esa es la sencilla historia. Dios quiso, se empeñó, en que ese Belén estuviese en mi casa.
Conozco el Belén de Salzillo, de Murcia, cuya iconografía ha servido de modelo a los belenes posteriores.Como dice Emilio, es una maravilla.
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