domingo, 14 de noviembre de 2010

TIEMPO DE NAVIDAD: EL SABOR DEL ANÍS


Para los niños -junto a la teta en media luna de sus madres-, es el primer sorbito dulce de la nacencia.

Para los jóvenes, el sabor inconfundible de los primeros besos de Amor, tan llenos de dulzor en el alambique de los labios.

Para los maduros, el aderezo de muchas jornadas de caminos, trochas y dereceras, de amor y desamor, esperanzas y desesperenzas.

Y para los viejos -más sabios que nadie por la edad y la experiencia-, el aguardiente es salud, fuente de vida, luz para unos ojos que han visto tanto, el primer azumbre de la mañana en la que aún pelea por salir el alba, y el primer recuerdo, la primera copa blanca de la inocencia.


Emilio Jiménez Díaz
"Un manojo de estrellas para tu Navidad" (2006)
(Ilustración: Manuel Carballido)

6 comentarios:

  1. Ay, el anís... Ya se enseñorea de mi casa en su familiar botella, que siempre me parece la misma. Y nunca sola, sus amigos de Estepa no la abandonan.

    ResponderEliminar
  2. Nosotros todavía no lo hemos probado. A partir del día de la Inmaculada, cuando ya decoro la casa y monto mis varios "belenes", siempre hay que celebrarlo con ese sabor maravilloso que me lleva a los olores de la infancia.
    ¿Iremos este año a Carmona? Era sensacional aquel anís que nos regaló Juan Cembrano.

    ResponderEliminar
  3. Pues te lo acabo de decir por vía correo electrónico. Es claro que no podemos perder las buenas costumbres. Hay que volver a la ruta navideña del aguardiente y el menudo... ¡Menudo aguardiente!

    ResponderEliminar
  4. Menudo menudo y menudo aguardiente. Carmona y El Viso tienen muy cosas cosas. Se impone repetir, aunque sin tantísima lluvia como la del año pasado.

    ResponderEliminar
  5. Contad conmigo porque necesitaréis un conductor abstemio que yo intentaré buscar.

    ResponderEliminar
  6. ¿Y si acabas con la producción del año?

    ResponderEliminar