PARADOJA
Van y vienen las palabras
entretejiendo recuerdos.
Los dedales del olvido
y los hilos de los sueños
se enredan en las tijeras
afiladas del misterio.
Alguien, no sé dónde, grita
y grita y grita y, yo, siento.
Siento yo que soy un grito
lacerado carne adentro.
Ese grito que soy yo,
que es mi pequeño universo;
que los universos gritan
como obsesos,
pues la Creación es un grito
y, el Creador, un grito inmenso
en la inmensidad suprema
de su reino,
ahí donde se dice todo
cuando al fin reina el silencio.
México D. F. 20 de Septiembre 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario