En esa imagen se ve al hombre que tiene vergüenza: llorando sobre el burladero porque no supo o no pudo ejecutar su oficio de matador en aquel día fatídico. La portada de ABC del día 21 de Abril de 1994 lo dice todo y no deja lugar a la duda. La imagen de mi ídolo taurino, también. Curro lloraba acusándose en sus interiores de su falta de valentía, de su mala suerte, de su pésima tarde..., pero lloraba y pedía perdón a todos los aficionados. Hasta se pedía perdón a sí mismo. A esto se le llama, aquí y en Nueva York: vergüenza, esa vergüenza que, además, los aficionados adjetivamos como "vergüenza torera".
Lloró el faraón, aquel niño hecho hombre del cortijo de Gambogaz; lloró aquel camero que tenía tanto miedo como mi paisano Belmonte, pero la misma vergüenza. Creo que agradeció hasta haber salido en aquella portada: para filosofar, para meterse en sus adentros... Y le pesaba aquel día el oro el albero alcalareño, y los arcos maestrantes, y hasta la silueta recortada de una Giralda que también lloraba, como él, en aquella tarde fatídica.
Pero lo de Curro fue la gran lección para todos de un hombre preñado de sentimientos, la magnífica tesis doctoral de quien todo lo sabe y puede fallar en lo más sencillo por culpa del "canguelo", del amor redivivo, de la soledad o el desaliento, o todo junto. Demostró que era un hombre. Ni más ni menos.
Esta imagen debería servir a muchos políticos -me faltarían letras del teclado al nombrarlos, de tantos como son-, para aprender una lección magistral de esa vergüenza que ellos no tienen. Están acorralados por el toro invisible de los ciudadanos, están corneados gravemente por todos los medios de comunicación -incluídos los de su "partido"-, están lanceados por toda la opinión pública; y en vez de citar al toro de sus tragedias, están citados por el gran pabloromero de todos los juzgados, huyendo hacia la barrera más cercana con la disculpa de que el toro de la Justicia es de fuego y de que ellos no han hecho nada que merezca el castigo de una reprobación.
Tanto que la UNESCO ha declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad al Flamenco, tanto que la Unión Económica Europea le tira de las orejas a Zapatero, tanto rescate de los países en situaciones críticas... ¿Por qué no se declara Patrimonio "Material" de la Humanidad este latrocinio del Merca, de las facturas falsas, del dedo colocador? ¿Por qué la rescatadora Europa, en la que viven en Bruselas más de cien mil paniaguados, no obliga a que se eche a la calle, después de sentarlos en el banquillo, a cuantos alcaldes meten la mano más que un novio de los sesenta en el cine Regina? ¿Por qué, tras haberlo hecho tan mal, tan trinconamente mal, se les da un nuevo cargo para que vivan como virreyes para toda la vida? Es lo que el pueblo normal no entiende, por mucho que se le explique. Llegarán las elecciones, pero el voto subsidiado -¡qué pena de una España subsidiada!- les entregará sus favores en las urnas. Y de nuevo un poco más de lo mismo, un mucho más de sinvergonzonería.
Si esos políticos y los adláteres de la "mamela" tuvieran el asomo de vergüenza que tiene cualquier ciudadano en su trabajo diario -si es que trabaja, que esa es otra cuestión-, hubiesen dimitido desde hace mucho tiempo, muchísimo tiempo: desde que se pusieron el guante blanco creyendo que las arcas municipales eran propias.
Yo he visto llorar a un héroe en aquella nefasta tarde de abril. A estos sinvergüenzas sólo los veo reír, reírse del pueblo, reírse a mandíbula batiente de aquellos, ilusos, que los votaron.
Ya que al parecer no la conocen, ¿no les bastaría con aprenderse de memoria esas lágrimas de Curro, que es la mejor lección de vergüenza?
Lloró el faraón, aquel niño hecho hombre del cortijo de Gambogaz; lloró aquel camero que tenía tanto miedo como mi paisano Belmonte, pero la misma vergüenza. Creo que agradeció hasta haber salido en aquella portada: para filosofar, para meterse en sus adentros... Y le pesaba aquel día el oro el albero alcalareño, y los arcos maestrantes, y hasta la silueta recortada de una Giralda que también lloraba, como él, en aquella tarde fatídica.
Pero lo de Curro fue la gran lección para todos de un hombre preñado de sentimientos, la magnífica tesis doctoral de quien todo lo sabe y puede fallar en lo más sencillo por culpa del "canguelo", del amor redivivo, de la soledad o el desaliento, o todo junto. Demostró que era un hombre. Ni más ni menos.
Esta imagen debería servir a muchos políticos -me faltarían letras del teclado al nombrarlos, de tantos como son-, para aprender una lección magistral de esa vergüenza que ellos no tienen. Están acorralados por el toro invisible de los ciudadanos, están corneados gravemente por todos los medios de comunicación -incluídos los de su "partido"-, están lanceados por toda la opinión pública; y en vez de citar al toro de sus tragedias, están citados por el gran pabloromero de todos los juzgados, huyendo hacia la barrera más cercana con la disculpa de que el toro de la Justicia es de fuego y de que ellos no han hecho nada que merezca el castigo de una reprobación.
Tanto que la UNESCO ha declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad al Flamenco, tanto que la Unión Económica Europea le tira de las orejas a Zapatero, tanto rescate de los países en situaciones críticas... ¿Por qué no se declara Patrimonio "Material" de la Humanidad este latrocinio del Merca, de las facturas falsas, del dedo colocador? ¿Por qué la rescatadora Europa, en la que viven en Bruselas más de cien mil paniaguados, no obliga a que se eche a la calle, después de sentarlos en el banquillo, a cuantos alcaldes meten la mano más que un novio de los sesenta en el cine Regina? ¿Por qué, tras haberlo hecho tan mal, tan trinconamente mal, se les da un nuevo cargo para que vivan como virreyes para toda la vida? Es lo que el pueblo normal no entiende, por mucho que se le explique. Llegarán las elecciones, pero el voto subsidiado -¡qué pena de una España subsidiada!- les entregará sus favores en las urnas. Y de nuevo un poco más de lo mismo, un mucho más de sinvergonzonería.
Si esos políticos y los adláteres de la "mamela" tuvieran el asomo de vergüenza que tiene cualquier ciudadano en su trabajo diario -si es que trabaja, que esa es otra cuestión-, hubiesen dimitido desde hace mucho tiempo, muchísimo tiempo: desde que se pusieron el guante blanco creyendo que las arcas municipales eran propias.
Yo he visto llorar a un héroe en aquella nefasta tarde de abril. A estos sinvergüenzas sólo los veo reír, reírse del pueblo, reírse a mandíbula batiente de aquellos, ilusos, que los votaron.
Ya que al parecer no la conocen, ¿no les bastaría con aprenderse de memoria esas lágrimas de Curro, que es la mejor lección de vergüenza?
Para quitarle algo de hierro a tu ataque directo, sólo una pequeña cosa: que Belmonte tenía un poquillo más de "decisión" -llamémoslo así- que tu Curro. Todos los toreros han de sentir el miedo humano, pero a Juan se le notaba bastante menos que a tu ídolo, aunque, eso si, tenía la misma vergüenza gremial, esa que suele estar tan ausente en política.
ResponderEliminarYo he tenido la suerte, desde que mi primer sueldo que gané en Gycos lo utilicé el año 1966 para ver torear a Curro, en la célebre corrida del Corpus, de ver lo mejor y lo peor de mi ídolo. ¿Tú llegaste a conocer a Juan Belmonte toreando? Seguro que no. Yo, en estas cosas tan serias, sólo me atrevo a opinar de lo que he vivido. No puedo saber si a Belmonte se le notaba más o menos que a Curro. Belmonte hoy está, afortunadamente, aupado en la leyenda. A Curro,por suerte, todavía le podemos preguntar por aquella tarde de pena..., y por sus muchísimas tardes de gloria.
ResponderEliminarNo creo que sea afortunado tu comentario, Ángel, porque el trasfondo de él no era Curro, sino la poca vergüenza de algunos políticos.
En el tema taurino -y por desgracia para nuestro viejo arrabal-, ninguno de los dos fueron trianeros.
La verdad, es que el paralelismo está de lujo. De toros soy neófito, y la política, tristemente me produce desencanto ( perdón, los políticos).
ResponderEliminarEn éste país ya es de guasa lo de los asuntos de corrupción. Aparecen por doquier( depende del medio de prensa ). Pero como a cada uno le duele lo suyo siendo egoísta. Lo del Merca no tiene nombre, pero me gustaría recalcar el tema del mini- metro, Las Setas o esos edificios emblemáticos utilizados como sede y decorados de forma fastuosa con dinero público.
Buscar hoy en día a un político con ideales, principios o dignidad es como buscar a Wally.
Aunque haberlos, haylos.
Lo difícil hoy es buscar a un buen político. Londres está ahí al lado, pero nadie se ha parado en pensar leer la biografía de Churchill. Los ejemplos de los grandes políticos no le vienen bien a estos de la "mangoleta" y "que nos quiten lo bailao".
ResponderEliminarPero, hombre, Emilio, sólo quería eso que decía, restarle un poquillo de hierro a tu justo comentario y, al final, estar de acuerdo con él y ser el primer lector del mismo. Reléelo, por favor. Ya sé que el tema no era ese. Pero ya que me preguntas, y por no dejar cosas en el aire, te diré que imagino cómo toreaba Belmonte por lo que de él se conserva grabado y por lo mucho que he leído y, especialmente, por lo que supuso en el desarrollo de la lidia y en la historia del toreo. Pocos toreros tan retratados artística y espiritualmente, tan biografiados como él porque era un genio indiscutible, a no ser que los sabios de esto, contemporáneos de él o no, se equivoquen y nos equivoquen, lo que no tiene ninguna posibilidad.
ResponderEliminarCurro, que también es una leyenda, es un torero de Camas, claro, pero Belmonte, y no te quepa la menor duda, es un torero de Triana, y eso sí que no admite discusión... Para su fortuna vino a nuestro barrio con cinco o seis años, porque, con lo inteligente que era, de seguir viviendo en la calle Feria, hubiera llegado a ser el mejor chamarilero de "El Jueves"; llegó a Triana y el ambiente del Altozano lo hizo torero (¿no habrá que repasar el libro de Chaves Nogales?). Me dirás que yo no he visto a Curro y que lo que sé proviene -simplemente- de los libros, pero hay cosas que no hacen falta verlas para tener una opinión de ellas. Y lo de "tu" Curro y "mi" Belmonte están entre los ejemplos más claros.
Y perdona; es que no quería acostarme sin decirte esto. Buenas noches y hasta tu próximo tema.
Si cada uno tiene su visión, como es lógico. Pero es que hablo de pan y me contestan del precio del carbón.
ResponderEliminarLa próxima vez hablaremos del Betis, que es el equipo "divertido" de la ciudad; el "currobetis" lo han llamado. Ángel, lo de Emilio tiene mucho mérito, además de ser bético es currista; qué capacidad de sufrimiento más grande. Aparte de la broma, en este asunto comparto la opinión de Paco León porque, efectivamente, cada vez quedan menos políticos con "vergüenza torera".
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