(Este artículo se publicó en el diario "Nueva Andalucía" el día 23 de marzo de 1977)
Decíamos en nuestro comentario sobre los problemas de Numancia y zonas adyacentes (Triana Norte) que el comentario sobre la calle Tejares, aunque incluida en esta zona, necesitaba de un espacio aparte dadas las circunstancias problemáticas de la misma. El asunto viene de largo. La calle Tejares, en razón por los muchos hornos que en ella había, siempre recibió la denominación de "calle abierta" desde Alfarería al campo. Claro que el campo, en razón del tiempo -nos referimos al campo "urbano"- cobró un valor importante.
Hasta 1859, según el nomenclátor de la ciudad, era una calle sin nombre, otorgándosele entonces el de Tejares por las razones antes citadas. El único testigo que quedó como testigo de una época pasada -aunque sin funcionar- es el de Santa Justa y Rufina, situado al final de la calle, casi pegando al muro de contención y dedicado a chatarrería.
En sustitución de los tejares -tiempos de abundante especulación- se izaron núcleos residenciales que dejaron a la citada calle más deteriorada que se la encontraron, ya que no hubo ni una sola constructora que decidiera echar un poco de asfalto en su parte correspondiente. Lo que nos da a entender que bien el terreno por urbanizar pertenece al Ayuntamiento o que éste no ha obligado -por los motivos que fuesen- a las empresas de construcción para que lo realizasen antes de le recepción o entrega de los núcleos al municipio.
Desde 1859 hasta nuestros días, la calle Tejares ha padecido 118 años de continuos olvidos y de peticiones sin realizar. Tal vez sea porque la municipalidad, desde su creación, siempre la haya considerado como un "vacie", denominación que debe tomar en futuros callejeros, ya que son innumerables los vertederos de basura que contiene.
La asociación familiar de Numancia y zonas adyacentes envió a la Alcaldía, con fecha 23 de septiembre de 1975, un escrito en el que se planteaban los problemas de esta calle: descuido y abandono; falta de pavimentación, con los consiguientes baches y desniveles, agravándose el problema con las lluvias hasta hacerse totalmente intransitable; falta total de iluminación eléctrica; existencia de vacies de basuras, para los que pedían posterior vallado, etc.
Ante el mutismo de la Alcaldía, los vecinos, con fecha 2 de febrero del pasado año, vuelven a enviar un ecrito en los mismos términos, aunque los problemas, dado el abandono por parte de las autoridades, iban agravándose por día. El estado de la calle Tejares es lamentable y penoso. Su ambiente, insalubre.
Partiendo de Alfarería, nos encontramos en primer lugar con el núcleo de viviendas "Virgen de la Estrella". En la acera de enfrente -aunque sin aceras- se encuentra otro núcleo mayor que el anterior: "Virgen de la Amargura". Más abajo, con dirección al muro de contención y a un lado y otro de la calle, casi todas sus edificaciones (?) son talleres de automóviles, almacenes y algunas pocas y pobres casas particulares. A continuación se encuentra el núcleo Numancia, con entrada o salida por esta calle o Manuel Arellano, con la que se comunica. Seguidamente, y a lo largo de una valla que separa unos talleres, los vacies se continuan, encontrándose la propia calle convertida en un puro estercolero, donde pueden encontrarse desde restos de maderas de las carpinterías cercanas, materiales de derribos o multitud de objetos y muebles inservibles de los núcleos colindantes. Pegada a este gran vacie, tal vez para que nada desentone, una vaquería ofrece su mal olor y su fisonomía de techos de latas, y unos pasos más adelante -pegado al vacie, también- el recreo de una guardería infantil -"Benjamín"- despliega las risas de los pequeños junto al insoportable olor tóxico de las basuras quemadas.
Quizás en nuestra ciudad gritar sea clamar en el desierto, porque parece como si las críticas y denuncias resbalasen a las papeleras de las oficinas de la Plaza Nueva o de la Tenencia de Alcaldía, que en no pocos casos sólo dan como solución el encogimiento de hombros o la frase final de: -"No hay dinero". Lástima que los contribuyentes tengan que aguantarse con estas soluciones o, en su defecto, actuar por su cuenta, como fue el caso de parte del muro de la calle Manuel Arellano.
El problema de la calle Tejares es urgente. Urgente de una planificación a fondo que parece no llegar nunca. El pasado día 29 de enero, la prensa local se hacía eco de una noticia procedente de la Alcaldía y que reflejaba la dotación económica de algunas subastas convocadas. Entre otras calles de nuestra ciudad, se encontraban las calles de la zona norte de Triana: Crucero Baleares y acondicionamiento de la pavimentación de la calle Tejares, con una dotación económica de 4.513.334 pesetas, sin que, al parecer, se hayan adjudicado las obras.
Las cosas de palacio van despacio, reza un antiguo refrán; pero ya va siendo hora de que se haga un poco por agilizarlas si no queremos encontrarnos con más estercoleros, más ratas, más baches y, por supuesto, con menos colaboración por parte de las asociaciones de vecinos, que están hartas de llamar a las puertas municipales escuchando, en el mejor de los casos, una vaga promesa por respuesta.
(Fotos: Asociación de Vecinos "Triana Norte". Texto: Emilio Jiménez Díaz)
Hasta 1859, según el nomenclátor de la ciudad, era una calle sin nombre, otorgándosele entonces el de Tejares por las razones antes citadas. El único testigo que quedó como testigo de una época pasada -aunque sin funcionar- es el de Santa Justa y Rufina, situado al final de la calle, casi pegando al muro de contención y dedicado a chatarrería.
En sustitución de los tejares -tiempos de abundante especulación- se izaron núcleos residenciales que dejaron a la citada calle más deteriorada que se la encontraron, ya que no hubo ni una sola constructora que decidiera echar un poco de asfalto en su parte correspondiente. Lo que nos da a entender que bien el terreno por urbanizar pertenece al Ayuntamiento o que éste no ha obligado -por los motivos que fuesen- a las empresas de construcción para que lo realizasen antes de le recepción o entrega de los núcleos al municipio.
Desde 1859 hasta nuestros días, la calle Tejares ha padecido 118 años de continuos olvidos y de peticiones sin realizar. Tal vez sea porque la municipalidad, desde su creación, siempre la haya considerado como un "vacie", denominación que debe tomar en futuros callejeros, ya que son innumerables los vertederos de basura que contiene.
La asociación familiar de Numancia y zonas adyacentes envió a la Alcaldía, con fecha 23 de septiembre de 1975, un escrito en el que se planteaban los problemas de esta calle: descuido y abandono; falta de pavimentación, con los consiguientes baches y desniveles, agravándose el problema con las lluvias hasta hacerse totalmente intransitable; falta total de iluminación eléctrica; existencia de vacies de basuras, para los que pedían posterior vallado, etc.
Ante el mutismo de la Alcaldía, los vecinos, con fecha 2 de febrero del pasado año, vuelven a enviar un ecrito en los mismos términos, aunque los problemas, dado el abandono por parte de las autoridades, iban agravándose por día. El estado de la calle Tejares es lamentable y penoso. Su ambiente, insalubre.
Partiendo de Alfarería, nos encontramos en primer lugar con el núcleo de viviendas "Virgen de la Estrella". En la acera de enfrente -aunque sin aceras- se encuentra otro núcleo mayor que el anterior: "Virgen de la Amargura". Más abajo, con dirección al muro de contención y a un lado y otro de la calle, casi todas sus edificaciones (?) son talleres de automóviles, almacenes y algunas pocas y pobres casas particulares. A continuación se encuentra el núcleo Numancia, con entrada o salida por esta calle o Manuel Arellano, con la que se comunica. Seguidamente, y a lo largo de una valla que separa unos talleres, los vacies se continuan, encontrándose la propia calle convertida en un puro estercolero, donde pueden encontrarse desde restos de maderas de las carpinterías cercanas, materiales de derribos o multitud de objetos y muebles inservibles de los núcleos colindantes. Pegada a este gran vacie, tal vez para que nada desentone, una vaquería ofrece su mal olor y su fisonomía de techos de latas, y unos pasos más adelante -pegado al vacie, también- el recreo de una guardería infantil -"Benjamín"- despliega las risas de los pequeños junto al insoportable olor tóxico de las basuras quemadas.
Quizás en nuestra ciudad gritar sea clamar en el desierto, porque parece como si las críticas y denuncias resbalasen a las papeleras de las oficinas de la Plaza Nueva o de la Tenencia de Alcaldía, que en no pocos casos sólo dan como solución el encogimiento de hombros o la frase final de: -"No hay dinero". Lástima que los contribuyentes tengan que aguantarse con estas soluciones o, en su defecto, actuar por su cuenta, como fue el caso de parte del muro de la calle Manuel Arellano.
El problema de la calle Tejares es urgente. Urgente de una planificación a fondo que parece no llegar nunca. El pasado día 29 de enero, la prensa local se hacía eco de una noticia procedente de la Alcaldía y que reflejaba la dotación económica de algunas subastas convocadas. Entre otras calles de nuestra ciudad, se encontraban las calles de la zona norte de Triana: Crucero Baleares y acondicionamiento de la pavimentación de la calle Tejares, con una dotación económica de 4.513.334 pesetas, sin que, al parecer, se hayan adjudicado las obras.
Las cosas de palacio van despacio, reza un antiguo refrán; pero ya va siendo hora de que se haga un poco por agilizarlas si no queremos encontrarnos con más estercoleros, más ratas, más baches y, por supuesto, con menos colaboración por parte de las asociaciones de vecinos, que están hartas de llamar a las puertas municipales escuchando, en el mejor de los casos, una vaga promesa por respuesta.
(Fotos: Asociación de Vecinos "Triana Norte". Texto: Emilio Jiménez Díaz)
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