miércoles, 6 de octubre de 2010

POR DISTINTOS CAMINOS (14)


No se sabe si la vida les ofreció la espalda de sus espinas y desesperanzas,
o si fueron ellos -quizás más sabios- los que le dieron las espaldas a la vida.

Lentos los andares.
Corvas las espaldas.
De tantos trabajos,
las manos cansadas.
De tanto haber visto,
gacha la mirada.
De tantos problemas,
la cabeza cana.

No hay prisa ninguna
por ver el mañana.

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