domingo, 3 de octubre de 2010

POR DISTINTOS CAMINOS (11)


Iglesias y conventos pueblan mi vientre ciliciado por la piedra.
El gótico ojival, el arte renacentista y el románico dejaron sus huellas sobre mi cuerpo.
Los maestros Berruguete y Vasco de la Zarza hicieron sus retablos.
Mi catedral mi iglesia de san Vicente y mi convento de santo Tomás son,
entre otros, mis mejores avales para enseñar al mundo.

El silencio es como una masa espesa y grita más en el espacio que las mismas palabras.
La piedra, curtida por el tiempo, se hace grave sobre el paisaje que riega el Adaja,
el único cantarín, aunque sobrio, por las altitudes domde me alzo como Abula.

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