Con el título genérico de "La Triana que no se ve desde el puente", en el año 1977 inicié una serie de artículos en el diario "Nueva Andalucía" denunciando todos los problemas que tenía el arrabal por aquellos años. En esta ocasión, 16 de marzo de 1977, la página, en grandes caracteres llevaba el siguiente título: LA DÁRSENA, QUE ESTÁ EMIGRANDO AL POLÍGONO SUR. Decía así:
Según papeles oficiales -incluido un plano general de ordenación urbana, correspondiente a mayo de 1945- la barriada de La Dársena se denominaba de "Vázquez Armero" por el nombre del alcalde que tuvo la ciudad en el año correspondiente al periodo 1917-1918, y propietario, a su vez, de los terrenos sobre los que se construyó la barriada, que pasaron al Patronato Municipal de Casas Baratas.
Los primitivos vecinos de La Dársena vinieron a vivir a esta otra parte del río después de ser expropiados, forzosamente, de la antigua barriada de San José -suburbio tomado como el "lejío" trianero-, enclavada en las cercanías de la Cartuja, sobre el terreno del antiguo cementerio del mismo nombre.
La barriada de La Dársena se construyó por el Patronato citado el año 1933. Las viviendas constan de dos dormitorios, un pequeño comedor, una cocina pequeñísima y el servicio de una sola pieza.
La barriada linda por la parte más cercana al río con una vía férrea destinada a transporte de carburantes, al sur con la Avenida de Coria y paso elevado hasta la carretera de San Juan (muro de contención), al norte con la barriada de Santa María y al este con el asilo de ancianos de la Fundación Carrere. Consta de trece calles con nombres correspondientes a diversas ciudades españolas: Albacete, Alicante, Almería, Cáceres, Ciudad Real, Coruña, Jaén, Murcia, Orense, Pontevedra, Toledo, Valladolid y Vitoria. Calles cerradas al tráfico por la estrechez de las mismas, exceptuando las correspondientes al acceso del grupo escolar (clausurado hace tres años) y Avenida de Coria.
Los problemas planteados en esta barriada hace poco más de cuatro años son importantes y queremos plasmarlos después de haber conversado largamente con la Comisión de Vecinos, gestora de la difícil tarea de la evacuación de la barriada a otra de nueva ejecución construida en terrenos del Polígono Sur, en su parte lindante con la carretera de Su Eminencia y el cruce de la carretera de Utrera.
Según papeles oficiales -incluido un plano general de ordenación urbana, correspondiente a mayo de 1945- la barriada de La Dársena se denominaba de "Vázquez Armero" por el nombre del alcalde que tuvo la ciudad en el año correspondiente al periodo 1917-1918, y propietario, a su vez, de los terrenos sobre los que se construyó la barriada, que pasaron al Patronato Municipal de Casas Baratas.
Los primitivos vecinos de La Dársena vinieron a vivir a esta otra parte del río después de ser expropiados, forzosamente, de la antigua barriada de San José -suburbio tomado como el "lejío" trianero-, enclavada en las cercanías de la Cartuja, sobre el terreno del antiguo cementerio del mismo nombre.
La barriada de La Dársena se construyó por el Patronato citado el año 1933. Las viviendas constan de dos dormitorios, un pequeño comedor, una cocina pequeñísima y el servicio de una sola pieza.
La barriada linda por la parte más cercana al río con una vía férrea destinada a transporte de carburantes, al sur con la Avenida de Coria y paso elevado hasta la carretera de San Juan (muro de contención), al norte con la barriada de Santa María y al este con el asilo de ancianos de la Fundación Carrere. Consta de trece calles con nombres correspondientes a diversas ciudades españolas: Albacete, Alicante, Almería, Cáceres, Ciudad Real, Coruña, Jaén, Murcia, Orense, Pontevedra, Toledo, Valladolid y Vitoria. Calles cerradas al tráfico por la estrechez de las mismas, exceptuando las correspondientes al acceso del grupo escolar (clausurado hace tres años) y Avenida de Coria.
Los problemas planteados en esta barriada hace poco más de cuatro años son importantes y queremos plasmarlos después de haber conversado largamente con la Comisión de Vecinos, gestora de la difícil tarea de la evacuación de la barriada a otra de nueva ejecución construida en terrenos del Polígono Sur, en su parte lindante con la carretera de Su Eminencia y el cruce de la carretera de Utrera.
En la actual bariada de La Dársena viven un total de 275 familias, en condición de renta, contando con 136 niños en edad escolar.
Los problemas empezaron a plantearse en el año 1971, cuando el Patronato quiso llevar a cabo la expropiación de terrenos para especular con un suelo que, sin duda alguna, reportaría más pingües beneficios que los obtenidos por una renta que oscila entre las 60 y 500 pesetas mensuales. El problema se calló porque los vecinos no apoyaban las condiciones impuestas por el Patronato, ya que salían seriamente perjudicados.
Pero el terreno empieza a cobrar valor. Con los antiguos tejares se especuló a gusto y sin problemas. Crecen los núcleos de moderna habitabilidad: Santa María, Santa Ana, Santa Cecilia, Baleares, Agentes Comerciales, etc., y la barriada de La Dársena permanecía inamovible. Sus viejos y calurosos techos de uralita y su formación baja de casitas de una sola planta, contrastaba fuertemente en un paisaje crecido en pocos años, lleno de torres de once pisos. La Dársena -al igual que los otros terrenos colindantes- era un sitio ideal para levantar estos mostruos locales y gananciosos de estructuras de hormigón y hierro.
A partir de aquí empieza la expropiación y, con ella, los múltiples problemas de los vecinos. Todos quieren un piso. Todos lo van a tener dentro de poco. Cuarenta y tres años viviendo bajo una calurosa uralita y, por suelo, una tremenda humedad, debida a los problemas de infraestructura, pesan en el cuerpo. Y aquí empieza el problema: en la forma de adjudicación de las viviendas y locales; en la escolarización de los niños en una barriada de nueva creación que, por los problemas burocráticos que sean, no ha previsto un grupo escolar; en el éxodo forzoso a que tienen que someterse los habitantes de La Dársena, después de vivir media vida en este sector donde va a especularse con unos terrenos a los que tienen "prioridad" de volver -una vez construido en ellos-, pero pagando 350.000 pesetas de entrada, más costosas mensualidades, ya que no van a construirse viviendas sociales.
Para compensar la pérdida de sus viviendas actuales (propiedad, como dijimos del Patronato) y dejar el terreno de 24.600 metros cuadrados que suma el global de la barriada, la entrada de los nuevos pisos -pertenecientes del Ministerio de la Vivienda- del Polígono Sur la paga el Patronato (unas 50.000 pesetas) efectuando la adjudicación, conjuntamente, el organismo citado y la comisión de vecinos, con el objeto de repartir las viviendas según tamaño y conforme a las necesidades de cada familia (preferencia de los pisos bajos a personas mayores, unión de familiares en un mismo bloque de viviendas, etc.)
Pero el gran problema no radica en la distribución de las citadas viviendas -58, 69 y 80 metros cuadrados. respectivamente, según las necesidades-, ya que ha sido resuelto a través de la propia comisión de vecinos. El gran problema radica en los locales comerciales. Tres industrias son las que viven continuamente, a lo largo de todo el año, de su propio vecindario: una taberna-bar, una tienda de comestibles y una peluquería de señoras. Industrias que acabarán en la miseria si, al concederse las viviendas -de las que ellos también serán futuros inquilinos-, no se les entrega el local, locales que el Ministerio de la Vivienda quiere sacar a subasta en vez de concedérselos por adjudicación directa, que es lo que los industriales, justamente, reclaman.
Los vecinos están hablando, pataleando -como suele decirse- en un solo bloque, para que se haga justicia a estos modestos industriales que no pueden desprenderse, momentáneamente, de una cantidad de dinero para participar en una subasta que la ganará -si el Ministerio sigue en sus trece de la puja- aquel que más dinero tenga y no el que verdaderamente lleva defendiendo su negocio durante cuarenta y tres años dentro de una barriada con la que se va a especular. Éste, en realidad, es el más gordo de los problemas de los "emigrados" trianeros. Y decimos que es el más gordo y no el único, porque se unen muchos más no menos importantes.
Decíamos que hacía tres años, aproximadamente, que se cerró el grupo escolar de La Dársena, que tenía una población de 136 niños en edad de escolarización, y que tuvieron que sufrir el periodo de adaptación en otros grupos escolares nacionales (San José de Calasanz, Elena Canel y José María Izquierdo), amén de grupos particulares: Salesianos, Protectorado, etc., con el consiguiente problema de acoplamiento y distancias. Éste, nuevamente, es otro de los problemas que se le plantea a los habitantes de La Dársena: el traslado a otro sector donde no se ha tenido en cuenta la población en edad escolar y, lo que es peor, la cantidad de niños que irán sumándose anualmente.
Nuestro cometido de información está cubierto. Se han expuesto los problemas principales de este núcleo de población que -como nómadas de tiempos imperativos- tendrán que abandonar la orilla trianera para acercarse al cauce del Guadaira, no sólo con la tara de gastos de traslados, enganches de agua y luz, rentas superiores, etc., sino con la pena de tener que abandonar sus casas, su pequeña patria, después de cuarenta y tres años, y con el susto en la espalda de que algunos de los compañeros, convecinos y amigos queden en la más tremenda miseria si el problema de unos pequeños locales no se soluciona.
Esta es la Triana que no se ve desde el puente. La Triana apartada de carteles turísticos y agencias de viajes tiene muchos problemas y, lo que es muy importante, enormes deseos de superarlos.
(Foto y texto: Emilio Jiménez Díaz)
Pero el terreno empieza a cobrar valor. Con los antiguos tejares se especuló a gusto y sin problemas. Crecen los núcleos de moderna habitabilidad: Santa María, Santa Ana, Santa Cecilia, Baleares, Agentes Comerciales, etc., y la barriada de La Dársena permanecía inamovible. Sus viejos y calurosos techos de uralita y su formación baja de casitas de una sola planta, contrastaba fuertemente en un paisaje crecido en pocos años, lleno de torres de once pisos. La Dársena -al igual que los otros terrenos colindantes- era un sitio ideal para levantar estos mostruos locales y gananciosos de estructuras de hormigón y hierro.
A partir de aquí empieza la expropiación y, con ella, los múltiples problemas de los vecinos. Todos quieren un piso. Todos lo van a tener dentro de poco. Cuarenta y tres años viviendo bajo una calurosa uralita y, por suelo, una tremenda humedad, debida a los problemas de infraestructura, pesan en el cuerpo. Y aquí empieza el problema: en la forma de adjudicación de las viviendas y locales; en la escolarización de los niños en una barriada de nueva creación que, por los problemas burocráticos que sean, no ha previsto un grupo escolar; en el éxodo forzoso a que tienen que someterse los habitantes de La Dársena, después de vivir media vida en este sector donde va a especularse con unos terrenos a los que tienen "prioridad" de volver -una vez construido en ellos-, pero pagando 350.000 pesetas de entrada, más costosas mensualidades, ya que no van a construirse viviendas sociales.
Para compensar la pérdida de sus viviendas actuales (propiedad, como dijimos del Patronato) y dejar el terreno de 24.600 metros cuadrados que suma el global de la barriada, la entrada de los nuevos pisos -pertenecientes del Ministerio de la Vivienda- del Polígono Sur la paga el Patronato (unas 50.000 pesetas) efectuando la adjudicación, conjuntamente, el organismo citado y la comisión de vecinos, con el objeto de repartir las viviendas según tamaño y conforme a las necesidades de cada familia (preferencia de los pisos bajos a personas mayores, unión de familiares en un mismo bloque de viviendas, etc.)
Pero el gran problema no radica en la distribución de las citadas viviendas -58, 69 y 80 metros cuadrados. respectivamente, según las necesidades-, ya que ha sido resuelto a través de la propia comisión de vecinos. El gran problema radica en los locales comerciales. Tres industrias son las que viven continuamente, a lo largo de todo el año, de su propio vecindario: una taberna-bar, una tienda de comestibles y una peluquería de señoras. Industrias que acabarán en la miseria si, al concederse las viviendas -de las que ellos también serán futuros inquilinos-, no se les entrega el local, locales que el Ministerio de la Vivienda quiere sacar a subasta en vez de concedérselos por adjudicación directa, que es lo que los industriales, justamente, reclaman.
Los vecinos están hablando, pataleando -como suele decirse- en un solo bloque, para que se haga justicia a estos modestos industriales que no pueden desprenderse, momentáneamente, de una cantidad de dinero para participar en una subasta que la ganará -si el Ministerio sigue en sus trece de la puja- aquel que más dinero tenga y no el que verdaderamente lleva defendiendo su negocio durante cuarenta y tres años dentro de una barriada con la que se va a especular. Éste, en realidad, es el más gordo de los problemas de los "emigrados" trianeros. Y decimos que es el más gordo y no el único, porque se unen muchos más no menos importantes.
Decíamos que hacía tres años, aproximadamente, que se cerró el grupo escolar de La Dársena, que tenía una población de 136 niños en edad de escolarización, y que tuvieron que sufrir el periodo de adaptación en otros grupos escolares nacionales (San José de Calasanz, Elena Canel y José María Izquierdo), amén de grupos particulares: Salesianos, Protectorado, etc., con el consiguiente problema de acoplamiento y distancias. Éste, nuevamente, es otro de los problemas que se le plantea a los habitantes de La Dársena: el traslado a otro sector donde no se ha tenido en cuenta la población en edad escolar y, lo que es peor, la cantidad de niños que irán sumándose anualmente.
Nuestro cometido de información está cubierto. Se han expuesto los problemas principales de este núcleo de población que -como nómadas de tiempos imperativos- tendrán que abandonar la orilla trianera para acercarse al cauce del Guadaira, no sólo con la tara de gastos de traslados, enganches de agua y luz, rentas superiores, etc., sino con la pena de tener que abandonar sus casas, su pequeña patria, después de cuarenta y tres años, y con el susto en la espalda de que algunos de los compañeros, convecinos y amigos queden en la más tremenda miseria si el problema de unos pequeños locales no se soluciona.
Esta es la Triana que no se ve desde el puente. La Triana apartada de carteles turísticos y agencias de viajes tiene muchos problemas y, lo que es muy importante, enormes deseos de superarlos.
(Foto y texto: Emilio Jiménez Díaz)
Estas fotos, Emilio, se me clavan directamente en las fibras más sensibles de mi cuerpo. Yo iba de muy chiquito a la Dársena acompañando a mi abuela para visitar a no recuerdo quién. ¿te acuerdas de como olían aquellas callejuelas a jazmines y lo blancas que estaban las paredes?Me dejaban una manguera para que regara y correteaba solo por allí sin el bullicio y los ruidos que había en la calle Castilla.
ResponderEliminarEra un barrio muy humilde, pero, como tú bien dices, siempre blanqueado y con un olor glorioso a jazminez, albahacas, damas de noches... La modernidad, implacable, se impuso.
ResponderEliminarHe descubierto por pura casualidad tu Torre de Cobalto y, como es natural, me he sentido gratamente sorprendido. Yo nací en 1947 en la calle Almería, nº 5 dentro de una familia de origen humilde, como todas las que vivíamos en esa barriada de La Dársena; Soy el cuarto de cinco hermano y en ella vivíamos un total de nueve personas: Mis padres, mis hermanos una de mis tías y mi abuela.
ResponderEliminarPor seguir el orden que has descrito, efectivamente hubieron que marcharse a un barrio del Polígono Sur, todos, menos nueve familias que se hicieron fuerte en sus derechos y resistieron, no sin soportar toda la artillería de argucias y mentiras legales para echarlos de sus casas. Entre ellos mis padres, desgraciadamente ya desaparecidos, pero que dos de mis hermanos siguen viviendo a quince o veinte metros de donde teníamos la vivienda, eso sí, ahora en un piso con otras calidades tanto de habitabilidad como higiénicas.
Esas nueve familias tuvieron que soportar por parte de las autoridades de esos momentos y, al margen de la situación ruinosa y aisladas en que dejaron las viviendas y por poner un solo ejemplo, las tuberías de agua corriente estaban colocadas a ras del suelo por lo que en verano el agua salía a una temperatura de 40º. Eso durante dos años hasta que por fin y legalmente le ganaron el pulso al Exmo. Ayuntamiento de Sevilla y le propusieron irse de alquiler hasta que le entregaran las viviendas. El alquiler tuvo que pagarlo el Patronato ya mencionado anteriormente.
Fue curioso como presentaban un informe municipal de ruina sobre las viviendas que allí quedaron y, ellos por el colegio de Arquitectos le respondían con otro informe de todo lo contrario.
Para no extenderme demasiado en este relato le diré que los industriales que allí ejercían eran: Una tienda de comestibles en calle Albacete (Casa Dionisio) y una peluquería de señoras en calle Jaén (Paqui) todo esto que yo recuerde.
Seguiré visitando esta página.
Dionisio,paqui, el bar Vergara , mas conocido por el bar Banquito , latienda de Rafalito y como no el Kiosco de Lola yo bivia en la calle Murcia 12 y mi abuela en la calle ciudareal al lafo de nemesio el de los palomos cuantas tardes de pelota en el coleguio de las barandas,bueno hasta que salia jose y nos quitaba la pelota jijiji Soy Fede por si algunos se avordais
EliminarSe te olvida latien da de Rafalito que tb era de Dionisio antes fue de: un tal eloy y como no el kioco de Lila ,la bodeguita deVergara mas conocida por el bar banquito , la lecheria en la calle coruña y bueno soy Fede vivia en la calle Murcia 12 y mi abuela Dolores en la calla ciudaf teal al lado de nemesio en de los palomos
EliminarHola anónimo, yo nací en el 1961, calle Almeria nº 14 y también fuimos una de las familias engañadas y desplazadas, no tuvimos el coraje de luchar como los que sobrevivieron en el barrio. Para tu información todavía tenemos contactos con Dionisio, continua al frente de su tienda en el P. Sur y Paqui, gran amiga de mi familia, siguen bien. Me ha echo mucha ilusión leer tu correo, efectivamente tengo grandes recuerdos de mi vida entre esas pequeñas calles donde todos eramos una gran familia.
ResponderEliminarHola anónimo, yo nací en el 1961, calle Almeria nº 14 y también fuimos una de las familias engañadas y desplazadas, no tuvimos el coraje de luchar como los que sobrevivieron en el barrio. Para tu información todavía tenemos contactos con Dionisio, continua al frente de su tienda en el P. Sur y Paqui, gran amiga de mi familia, siguen bien. Me ha echo mucha ilusión leer tu correo, efectivamente tengo grandes recuerdos de mi vida entre esas pequeñas calles donde todos eramos una gran familia.
ResponderEliminarMaría: En primer lugar no soy anónimo, soy torpe. Tu debes ser María hija de Francisquita y Manolo. Mi nombre es José Cayuso y tu vivías en la primera esquina del segundo tramo. Tus tíos Pepe y Antonio son amigos míos y hace tiempo que los veo. Me alegro que tanto Dionísio como Paqui se encuentren bien.
ResponderEliminarLa historia del barrio está muy bien comentada por Emilio Jiménez Díaz y no se ha saltado ningún detalle, excepto, como es natural, los pormenores de las personas que vivíamos allí. Fue una cacería mafiosa de intereses personales. Pero ya pasó hace tiempo y correremos un tupido velo sobre esas sombras que ya a nadie interesa. A mi, personalmente, me gusta las vivencias de los vecinos que allí vivían por su forma de ser, la amabilidad de la gran mayoría de ellos y los detalles para con los demás. Es una historia que me gustaría contar en algún momento, pero otro día.
Un saludo.
Hola soy Fede vivia en la calle Murcia 12 decirte que desgraciadamente Dionisio nos dejo hace poco tiempo me entere de casualidad y no localiso a sus hijos Roberto y serguio para datles mi mas sentido pesame
EliminarCreo que tú eres hermano menor de Baldomero, con el que, por razón de edad tenía más relaciones. A tí seguro que tembien te conozco, aunque con recuerdos algo velados. Aparte de las reuniones que durante varios años tuvimos, todos vecinos y amigos de la Barriada, por iniciativa del bueno de Antonio Jiménez Ferrete, a la que asistía siempre tu hermano, nos volvimos a ver, en Sanlucar de Barrameda, hace también varios años.-pasan tán rápidos que descontrolan nuestras menimnges.- Como le tengo tanto aprecio, a pesar de la nula relación directa, te agradecería que le dieras recuerdos y, si lo haces personalmente, un abrazo. Soy Manolo Hidalgo, c/Jaén nº.3.
EliminarHola a todos ,parami es una satisfacion el escuchar hablar de mi barrio el que tantos recuerdos me trae,no puedo mas que recordar los tiempos pasados en esas casitas pequeñas pero llenas de vida ,soy Fede naci en la calle Murcia numero 12 ,nunca olvidare a mis amigos aunque a algunos lis veo no con mucha frecuencia, Pedrin, Eduardo,Pedrito,Rafi, y muchos mas que me cuesta recordar sus nombres soy de 1964 y bueno no quiero enrollarme mas un abrazo a todos y espero que la vida os trate bien
ResponderEliminarEn primer lugar, quiero manifestarme de acuerdo con lo comentado por el Sr.Jiménez Diaz y, sólo hacer algunas matizaciones, en el sentido siguiente: Las casas tenían, efectivamente, la techumbre exterior de uralita, no así la interior, que era de techo raso y, entre ambos, quedaba un espacio muy aprovechable que, en el argot popular, llamábamos "soberao". donde se guardaban los tiestos de menor uso. En los años treinta cuando se habitó la Barrriada, fué considerada como viviendas muy dignas y no carentes de favorable comparación con las muy habituales de la época, tales como Corrales de Vecinos, Partiditos etc. También, en los 15 o 20 primeros años, contó con dos colegios públicos, para niños y niñas, de los que salieron muchos con sólido nivel básico. Entre su vecindad, mayoritariamente obrera, contaba asimismo con funcionarios municipales, administrativos de empresas y de la banca, militares, profesores de enseñanza, artistas orfebres, industriales mencionados y otros, e incluso, un famoso torero de la época conocido por "Torerito de Triana". En fín, recuerdos que, vistos desde la torre del tiempo, no dejan de ser añorados por los que nacimos y vivimos allí, al mismo tiempo que recordamos, con todo respeto y cariño a todos los vecinos amigos que se quedaron por el camino. Viví 25 años en la Calle Jaén nº.3
ResponderEliminarSoy de la Dársena donde vivo desde cuando nací...me sorprendo a leer vuestras historias y me siento escalofrío. No lo sabia que habéis echado de sus casas para levántar el nuevo terreno para construir los pisos de la Dársena. Es verdad hay algunas casitas viejas todavia esta en calle Toledo no se si era vuestro corral de vecinos o algo así. Siento orgulloso de la Dársena!!! Un saludo
ResponderEliminarNo, no nací allí, sino en un corral de la calle Torrijos, a cincuenta metros de la torre de Santa Ana, pero tenía familiares en La Dársena. Lo que conté en el diario vespertino NUEVA ANDALUCIA es la pura verdad, fruto de una investigación.. Me alegro mucho de su correo y de que haya compartido parte de sus memorias.
ResponderEliminarJesús Cobano NUñez 16 de marzo 2015 Yo vivía en el barrio león frente a la fabrica de mármol estuve en el colegio de las barandas con don Fernando desde 1958 hasta 1966 la mayoría de mis amigos eran de la darcena guardo muy buenos recuerdos de ellos si algunos de ellos se acuerda de mi me gustaría tener noticias de ellos saludos para todos ellos y ellas que también tenia algunas amigas sobre todo una muy especial que vivía en el charco de la paba que estaba en el colegio con nosotros en el de las niñas claro
ResponderEliminarNo nací allí, pero tengo muy buenos recuerdos de quedarme dormido en verano entre olor de jazmin y damas de noche en casa de mi madrina. De los mejores momentos vividos y con especial cariño en vuestro barrio. Felicidades amigos, amigas !!!
ResponderEliminarApreciado Sr. Jiménez Díaz, estoy de acuerdo en casi todo lo que manifiesta, excepto en una cuestión: La barriada de La Dársena siempre se llamó Barriada de La Dársena, así lo atestiguan todos los datos que, hasta el momento he podido consultar, entre ellos la publicación en ABC de varias noticias relativas a la barriada los días 24 y 29 de marzo, 1 de abril, y 23 de septiembre de 1933, 3 de febrero de 1934, y varias más que no cito para no ser exhaustivo, a esto podemos añadir la placa que figuraba en la esquina de la calle Coruña con el nombre de la barriada y la fecha de construcción (1933) y el plano de Triana de 1943 de la Delegación de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla, aparte de otros documentos como recibos, oficios, etc. los cuales me gustaría mostrar, y en todos los cuales se menciona al barrio como Barrio o Barriada de La Dársena. Reciba un cordial saludo de Joaquín Fdez. Baena.
ResponderEliminarNaci en la calle vitoria nº 1. La calle de agustina, de la oña, de leo la de los carrillos, de lola la portera, entre otros. Recuerdo con cariño a jose luis, el hijo de maría de los niños, no se si alguno que me lea sabe como contactar con el. Soy josé maría.¡Que años aquellos! a josé luis, lo recuerdo del colegio de doña manuela, en el barrio leon, cerca del bar quijano. También recuerdo con especial cariño a antonio, el punta, que me sentaba junto a él, en el mismo bcanco. ¡Cuantos recuerdos! No quiero aburriros, otro día escribiré mas cosas y si puedo, pondré alguna foto.
ResponderEliminarUn abrazo para todos.
Yo también nací en la barriada calle Almería 18 soy manolo Ferreiro recuerdos cosas muy bonita cuando se engalanada las calle con colchas las más bonita de cada casa para darle la comunión a los enfermos que en mi calle estaba Aurora la balda francisquita y eran unos momentos muy bonito. Tengo la frente todavia la señales de las barandas del colegio
ResponderEliminarQue bonito recuerdos de niños.
Me alegra mucho de su entrada en esta "torre".
ResponderEliminarMe alegra mucho de su entrada en esta "torre".
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