lunes, 9 de agosto de 2010

UNAS GOTAS DE EROTISMO Y HUMOR (25)


Don Juan Antonio de Iza Zamácola, "Don Preciso", nos comenta por medio de esta seguidilla que los hombres siempre están pendientes de ver lo que cae:

Se parecen los hombres
a las abejas,
pues siempre andan buscando
flores diversas,
y aunque de paso
todas las flores llevan
su picotazo.

Anoten "picotazo" porque nos va a servir para nuestro diccionario. Venado, ciervo, gamo, toro o bisonte son palabras que no deberían haber fichado los hombres de la Real Academia para evitar más de un serio disgusto. Juan Martínez Villega así nos lo recomienda:

De oír nombrar al venado
hay marido que se ahoga,
y es su pavor bien fundado,
porque en casa del ahorcado
no ha de mentarse la soga.

Y es que hay mujeres que le escriben al marido con una guasa...

Inés escribió a Tadeo:
"Ha tres días que he tenido
un muchacho muy lucido...
Hace un año no te veo.
¡Cuánto, esposo, te deseo!

¡Putísima, putísima! ¿Con quién hizo el niño? Muchos hombres se llevan una sorpresa tremenda cuando abren el armario. Nos lo decía una letra de Jorge Llopis de su libro "La rebelión de las musas":

¡Mira que es extraordinario
que si al armario me arrimo
y abro de pronto el armario,
me encuentro dentro a tu primo
consultando el diccionario!

¡Falso el primo este, más que falso! Algunos inocentes sobrevaloraron tanto a sus mujeres que los pobres no se dieron cuenta jamás de lo pécoras que eran. Sirva como ejemplo este anónimo epigrama:

Pensó en su difunta esposa,
y: -¡Ay, de todos fue querida!,
gritó Juan con voz llorosa.
Y el hombre no dijo cosa
más verdadera en su vida.

Algún que otro pobrecito prefiere cien veces los cuernos a pasar hambre. A la fuerza ahorcan:

Soy zapatero de viejo
y no tengo qué comer,
estoy por cerrar mi tienda
y abrir la de mi mujer.

Si es que ella no la tenía abierta desde hace tiempo. Algunas mujeres, en su desesperación por las broncas conyugales, cantan de lo lindo los atributos del marido. El epigramario anónimo lo cuenta así:

Tuvo Antonio con su esposa
no sé qué tenaz porfía,
lo cierto es que ella decía
entre irritada y llorosa:
-Te portas, al fin y al cabo,
como quien eres, Antonio,
porque a ti para demonio
no te falta más que el rabo.

Es decir, que los cuernos ya los tenía el pobre. Muchas mujeres intentaron imitar a Cristo de una forma un tanto especial:

A Jesucristo imitó
la que yace en este nicho.
Jesús murió por los hombres.
¡A ella le pasó lo mismo!

¡Estoy cogiendo un sofocón con tanta puta suelta! Es que hay algunas que hasta tienen lista de espera:

De la cortesana Luisa
diez hombres iban en pos,
y ella dijo con sonrisa:
-No tengan ustedes prisa
que para todos da Dios.

Y esta doña Tecla que nos cantaba el poeta Ventura Ruiz Aguilera estaba más tocada que las maracas de Machín:

Doña Tecla, la de Yecla,
es tecla muy singular:
¿para qué sirve una tecla
si no se deja tocar?

Hay solteronas que manan como un volcán. No es para menos:

Solterona acaudalada,
doña Irene se lamenta
que el ser rica le presenta
una existencia agitada.
Tiene continuados socios
y grita sin que esto asombre:
-Yo lo que quiero es un hombre
que me ande en mis negocios.

¡Como debe ser! "Negocio" hay que anotarla, que no se nos escape. La vista siempre es niña, aunque cuando se contempla algo especial los ojos se hacen mayores y quieren conseguir con avidez descubrimientos más sabrosos. Esta copla de Manuel del Palacio es un claro ejemplo:

Algo he visto sin querer
de tus encantos, Lucía,
y ya podrás comprender
el gusto con que vería
lo que me quedó por ver.

¡Mirón, un mirón es lo que era este tío! No hay que confundir los atributos de la mujer con la música, pues nos puede pasar lo que nos cuenta este epigrama:

Cierta noche que escuché
cantar un aria a Sofía,
le dije por cortesía:
-Buenos bajos tiene usted.
Mas su esposo, hecho un patán,
me respondió echando truenos:
-Si no los tiene muy buenos,
lo que es limpios sí que están.

Anotemos "bajos" para incorporarlo al amplio mundo del léxico disfrutado por el atributo sexual femenino. Menos mal que a nadie se le ha ocurrido implantar la moda que nos dice esta copla anotada por Fermín Sacristan en su libro "Regalo de boda" (1911), en su página 269:

Si el figurín de Eva
se hiciese moda,
poquísimas higueras
tendrían hojas.

¡Menos mal, menos mal! Muy fuerte es esta comparación atribuída a Pedro Muñoz Seca:

Si pública es la mujer
que se reputa por puta,
la República ha de ser
la más grande prostituta.
Y siguiendo el parecer
de esta lógica absoluta,
todo aquel que se reputa
de república ser hijo
ha de ser a punto fijo
un hijo de la gran puta.

¡Ojú, ojú! Qué delicado era el hombre de esta siguiente copla para hacer el amor:

Si quieres que te lo meta
te has de lavar con romero
para quitarte el resabio
de los amores primeros.

Y esta ya es fuertísima. Lo que nos cuenta esta letra de jota, o era un insulto o una verdad como un templo que ya el hombre no pudo ni quiso callar:

Si serás puta y ramera
que en el vientre de tu madre
te pusiste de manera
que te jodiera tu padre
cuando a tu madre jodiera.

¡Muy fuerte, fuertísima! Distinto es lo que le pasaba a este hombre quizás por culpa de una malformación:

Si te la meto de lao
no es para hacerte sufrir,
yo no tengo más remedio
si es que tengo el pito así.

A lo que muy bien pudo contestarle ella:

Si tienes el pito malo
untátelo con vinagre:
si no se te pone bueno
se te pone manejable.

Lo de haber probado Adán la manzanita que nos jodió a todos a trabajar, aún trae su cola:

Subióse a un manzano Inés
y observó con extrañeza
que de Pascual la cabeza
casi tocaba sus pies.
-¿Qué miras? le preguntó,
y él dijo con voz astuta:
-Estaba viendo la fruta
que tanto a Adán le gustó.

Hay médicos de pueblos que tienen ganas de infectar a todas las muchachas, según se desprende de esta coplilla popular alosnera:

Tengo la pilila mala
de beber agua en las pozas,
y el médico me receta
que se la meta a las mozas:

¡Qué criminal el medicastro! De todas formas, hay que apuntar "pilila" como atributo pequeño masculino. Lo que no pueden hacer las mujeres es coquetear con unos y hacer el amor con otros. No, no está nada de bien:

Tienes amores con otro
y conmigo las manitas,
si te quieres divertir,
cómprate un trompo, una guita,
y anda y vete por ahí.

La cantidad de cosas que tienen las mujeres debajo del mandil o del delantal:

Todas las mujeres tienen
debajo del delantal
un come carne sin dientes
y un toma leche sin pan.

Hay que apuntar urgentemente "come carne" y "toma leche". Son geniales estos léxicos. Qué poca experiencia tenía la madre de la siguiente copla:

Cuando yo era pequeñito
mi mamá decía llorando:
este niño se nos muere,
tiene una cosa colgando.

El niño supo más que la madre cuando creció. Así se anota en el cancionero popular:

De tu ventana a la mía
voy a poner una caña
para que pase la leche
de mi picha a tu castaña.

¡Ni que tuviera el tío una bomba a presión! Anotemos "picha" como atributo masculino y "castaña" como femenino. Ea, y por hoy ya está bien, que ha pasado la hora del Ángelus y todavía no me he tomado mi cerveza diaria.

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