lunes, 2 de agosto de 2010

UNAS GOTAS DE EROTISMO Y HUMOR (18)


La manía que tienen los hombres de comparar los excelentes y hermosos atributos sexuales con cualquier cosa, con lo bonitos que son. Leamos tranquilos esta copla popular:

Todas las mujeres tienen
un ombligo con piñote
y un poquito más abajo
un soldado con bigote.

Tenemos que anotar, por fuerza, eso del "piñote" y lo del "bigote" para nuestro diccionario común. ¡Qué cantidad de seudónimos del "moño" se nos aparecen en estas próximas letrillas!:

Todas las mujeres tienen
en su cuerpo un cuarto oscuro,
por eso los hombres tienen
una vela junto al culo.

Anotaremos, rápidamente, "cuarto oscuro" y "vela" para ir conformando ese diccionario. Lo de la "campana" es muy recurrido, pero también debemos anotarla:

Todas las mujeres tienen
hacia el culo una campana,
también los hombres tenemos
badajo para tocarla.

¡Faltaría más! Otros comparan el atributo femenino con las medidas agrarias. Pues muy bien:

Todas las mujeres tienen
hacia el culo un celemín,
también nosotros tenemos
rasero para medir.

Claro, habrá que ver qué rasero tiene cada uno. Como habrá que averigüar también qué cantidad de mata adorna esos atributos femeninos. Algunos serán los bosques de Bolonia, otros el desierto del Sahara, y algunos no pasarían de un pobre césped en un rincón del jardín. El de la copla, por lo visto, estaba bien decorado:

Todas las mujeres tienen
en el ombligo una "Y"
y un poquito más abajo
el pinar de Valsaín.

En el pueblo cuyo nombre calla la copla las mujeres se ven que salían muy poco a las calles. Poco he dicho, mentira, apenas nada. Nos lo dice Fermín Sacristán en su libro "Regalo de boda" (1911), en la página 167:

Tres veces salen de casa
las mocitas de mi pueblo:
a bautizarse, a casarse
y en el día de su entierro.

Igual que hay hombres malos hay muchos hombres buenos. Éste, además, era tranquilo y no actuaba inmediatamente, tal como querían los amigos. Está anotada en el libro-programa de la Peña "Er-77" (1954), con el seudónimo de "Cipresito de Alarcón", quien ya salido por aquí algunas veces:

Toíto el mundo me aconseja
que te orvie y te haga daño,
pero como soy muy bueno
lo dejaré pa otro año.

¡Cacho pan, que este hombre era un cacho pan! Lo juro. Como bueno era este otro, más listo que el hambre, que se daba cuenta de cómo se la había pegado su novia o mujer:

Tú traes el pelito mojao
del relente de la noche,
los ojos de haber llorao
y a ti te faltan los broches
del vestío que te he comprao.

¡No me digáis que no es para tirar por un barranco a esta tía desagradecía! ¡Mira que romperle los broches a un "vestío" que tuvo que costar un dineral! Hay hombres que cantan muy malamente, peor que yo, pero yo al menos no canto. Si lo hiciera, el diluvio universal se hubiese quedado en la anécdota de un simple grifo abierto. La copla es de Juan Arias Aragón, incluída en su libro "Entre Sevillana y Triana" (1988) en su página 40.:

Un fandango yo canté
al amanecer del día,
un fandango yo canté,
y cómo lo cantaría
que se hartó de llover
y acabé con la sequía.

Parece que las mujeres andaluzas son muy apetecibles para algunos gallegos. Está bien ese intercambio intercultural, aunque me parece que el sexual puede más. La seguidilla la anota Camilo José Cela en su libro "Primer viaje andaluz" (1977), en su página 276:

Un gallego mirando
pa el bullarengue
de una andaluza, dijo:
¡Viva mi suerte!
¡Ay, madre, qué trasero
jacarandoso!
No me canso de verlo
tan saleroso.

Anotemos inmediatamente "bullarengue" y, por qué no, también "trasero" para nuestro acopio al diccionario que estamos formando. José Manrique nos anota un término muy interesante que también deberemos apuntar. Lo incluye en su libro "Coplas flamencas" (1982) con el título "El Vito":

Un velón tengo en mi casa,
pero no tiene torcía.
Si yo estuviera casada
otra luz me alumbraría.

¿No anotamos "velón" como atributo femenino y "torcía" como masculino? ¡Claro que sí, ahora mismo! Hay mujeres que tragan y tragan sin parar, como si fueran "El Pali" con las torrijas. ¿Qué tragan? No lo sé. Que cada uno piense lo que quiera de esta copla extremeña:

Una niña bonita
se tragó, se tragó
El Montijo y La Puebla,
Talavera y Lobón,
y si no la sujetan
se traga a Badajoz
con la plaza de toros
y toreros y tó.

¡Joder con la gachí, menos mal que no se habla nada de los picadores y sus caballos! Es que hay mujeres que no tienen ningún término medio. Yo iba a hacer este año el camino de Santiago pero se me han quitado las ganas, no vaya a ser que me salga esta mujer al sendero:

Una tía de mi hermana
caminando hacia Luján
se jodió a diez peregrinos
en la puerta de un zaguán.

Vamos a tener que sacar el bolígrafo otra vez con esta coplilla que viene a continuación. De tantos nombres goza el tradicional coño que yo me hago un lío:

Una vez fui a lavar
servilletas y manteles
y se me metió una rana
por el quítame y no enredes.

Primero, hay que ver dónde estaría lavando la muchacha; y segundo, anotemos rápidamente eso del "quítame y no enredes" como atributo sexual femenino. Es que tienen guasa estas palabrejas que uno ignora. Las ranas deben ser más peligrosas que las famosas pirañas. A esta otra también se le metió el anuro por el mismo sitio, aunque con diferente nombre y, justamente, lavando igual que la anterior:

Una vieja fue a lavar
un par de medias azules
y se le metió una rana
entre el domingo y el lunes.

Imagino que tendréis el bolígrafo en la mano, ¿verdad?. Debéis anotar "entre el domingo y el lunes" como atributo sexual de importancia en el sexo femenino. ¡Qué barbaridad estas ranas! Ocurren cosas que uno no puede imaginarlas. ¿No vería este hombre el cartel habitual de "cuidado, pinta"? Pues, al parecer, no:

Yo me agarré a tu ventana
para ver tu cara pura
y cuando solté las manos
me había llenao de pintura.

Es que a nadie se le ocurre agarrarse a una reja para pelar la pava con la pintura fresca. Muchos hombres temen a casarse por aquello de los malditos cuernos. No es la primera vez, ni la última, que sale este tema por entre las coplas. Ésta la anota José Luis Ortiz Nuevos en el libro "Pepe el de la Matrona, recuerdos de un cantaor sevillano" (1975), en la página 43:

Yo no me quiero casá
por no vivir con recelo,
porque no quiero llevar
lo que llevan los becerros.

Y es que con estas cosas puede uno hasta volverse majara. Ya lo anotaba Antonio Machado Álvarez "Demófilo" en su "Colección de cantes flamencos" (1881):

Yo me boy a gorbé loco
porque una biña que tengo
la está bendimiando otro.

¿Sería este otro hombre el vendimiador? Puede ser, según la copla que anota "Don Preciso":

Voces desde una viña
me daba un guarda
después que la tenía
yo vendimiada:
dije, compadre,
las voces al principio
que ahora ya es tarde.

¡Pillín, más que pillín! También el que viene ahora sabía cuándo había que pedirle a la novia la "cosa":

Yo se lo pedía a mi novia
que venía de lavar,
me dijo: gran puñetero,
fresco lo quieres pillar.

¡Qué menos que lavadito y fresquito, como debe ser! Este otro novio era más adivino que Rappel, porque hasta sabía dónde tenía su novia la mano en aquel justo instante:

Yo sé que estás en la cama,
bien sé que durmiendo no,
ya sé que tienes la mano
donde el pensamiento yo.

De nuevo el clero. La manía que le tienen algunos. Aunque siempre es bueno hacer caso de los consejos:

Si fueras a la iglesia
ponte en lo oscuro
porque el padre fray Pedro
no es muy seguro,
pero te advierto
que tan bueno es fray Pablo
como fray Pedro.

Total que, como dice el refrán: "Tires tú por donde tires, te jode don Benavides". Eso de la oscuridad es una constante en el terreno de los enamorados, pero a éste es que le daba miedo aventurarse a explorador:

Si quieres que te lo meta
me tienes que dar un duro,
que yo no meto la polla
en un sitio tan oscuro.

¡Qué borde el tío, qué borde! Recordaréis todos el célebre pasodoble que tenía el siguiente estribillo:

Si vas a Calatayud
pregunta por la Dolores,
que una copla la mató
de vergüenza y sinsabores.

Pues el pueblo rápidamente la reversionó así:

Si vas a Calatayud
pregunta por el alcalde,
que hace los mismos favores
solamente que de balde.

O en esta otra, que ya no de balde sino ofreciendo dinero:

Si vas a Calatayud
pregunta por la Joaquina,
que te hace lo que la Dolores
y te da dinero encima.

¡Qué barbaridad! Lo dejo por hoy porque estoy perdiendo la inocencia con estas coplas desvergonzadas. Estoy hasta sudando, y por eso me voy a tomar una birra bien fresquita.

1 comentario:

  1. Con estas "calores" acabamos con los depósitos de Cruzcampo. Y tus comentarios son eso que se llama "echar leña al fuego". ¡Más madera...! ¡Emilio, que estamos en agosto!

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