lunes, 19 de julio de 2010

CANCIONES POR NUESTRAS VIDAS: UNA TRIANERA ENTRE LAS GRANDES (63)


Aunque su padre era cantaor, miembro del célebre grupo "Los Gaditanos", con el apodo de "Chiquetete", grupo que hiciera famosa aquella célebre copla de Francisco del Val "Qué bonita que es mi niña", a María Isabel Pantoja Martín le gustaba más bailar y tocar las palmas que cantar, y la verdad es que le costó mucho trabajo abrirse hueco en el mundo de la copla tras sus primeros fracasos discográficos. Nacida en Triana, en la célebre barriada de El Tardón, que ha sido vivero de artistas, los inicios de Isabel fueron versionando, como hicieron muchas otras, canciones famosas de artistas no menos conocidas como Conchita Piquer, Juanita Reina, Marifé, y hasta de Julio Iglesias y Manolo Escobar.

Cuando hoy se pronuncia el nombre de Isabel Pantoja, enseguida se nos viene a la mente su vida tormentosa tras la muerte de "Paquirri", sus varios amores y su figura mediática. Nada de ello me interesa. Me importan sus canciones, sus coplas, lo que nos dejó para el recuerdo. Al principio es verdad que no se comía una rosca. A Rafael de León la artista no le inspiraba nada y al maestro Juan de Solano aún menos. Célebre se hizo la frase de la prueba ante el bueno de Solano: -Hija, no puedo perder contigo más tiempo y te aconsejo que te vuelvas a Sevilla. Al parecer fue el empresario sevillano Baldomero Negrón, dueño de la sala "El Embrujo", casado con la cantante Mercedes Cubero, y enamorado de Isabel hasta el tuétano, quien la ayudó en todo y se gastó una fortuna en ella sin sacar partido alguno. Isabel Pantoja bailaba, cantaba algo, tocaba las palmas..., pero nadie daba un duro por ella.. Era guapa, pero ya está. Hasta ahí.

Tuvo un contrato en "El Corral de la Morería", donde se llevó varios años, y el propio Solano se compadeció de ella y trató de hacerla una artista de renombre. Su primera grabación, tras un furtivo disco sin pena ni gloria que grabó en Mallorca junto a su primo Antonio Cortés "Chiquetete", fue en 1974, y pasó con la misma pena y gloria que el primero. El segundo lo haría al año siguiente y, aunque apenas si se vendió, ya tuvo canciones de cierto renombre como "Garlochí", "Embrujá por tu querer" y "Ahora me ha tocao a mí"..., aunque todavía no le había tocado. Tampoco lo logró en 1977 ni el año 1978. Ni en 1979 con otra grabación en la que destaca un tema titulado "Ay Torre, Torremolinos". Rafael de León se esmeraba, así como el maestro Solano, pero no daban con la tecla ni con el tema a pesar de haber grabado "Amante... amante". Por fin, el año 1981, con el título "Aquella Carmen", dedicada a Carmen Amaya, y con los mismos autores, consigue un éxito, aunque a doña Ana Martín -la más inevitable madre de todas las madres de artistas- no le gustó que grabase ese tema porque, en su ignorancia, se preguntaba que quién era aquella Carmen Amaya:

Cuando Carmen quedó quieta a las claritas del alba,/ y se hizo mármol su cuerpo, moreno de pura raza,/ Barcelona dando gritos mandó doblar sus campanas/ y se quedó sin aliento el compás de la sardana./ Y en aquel momento mismo se apagó el sol de la zambra./ Carmen, gitana nacida de un sarmiento y de un coral,/ Carmen, era tu bata extendida la cola de un pavo real./ Cuando pasaste la raya y tu llama se apagó,/ ya no cantó la zumaya ni la guitarra tembló.// Carmen, Carmen, Carmen, Carmen./ Se murió Carmen Amaya y España entera lloró.// En Sevilla, los espejos, con su cristal de agua verde,/ en los tablaos comentaban./ ¿Por qué esa Carmen no vuelve?/ La Malena, La Malena hablaba sola,/ La Niña rompió sus peines/ y Juana La Macarrona encendió un velón de aceite./ La Giralda está sin brazos y la Alhambra sin cipreses./ Carmen, gitana moruna de alfajores y de hollín./ Carmen, era tu bata una luna de nardo del Albaicín./ Cuando pasaste la raya y tu llama se apagó/ ya no cantó la zumaya ni la guitarra tembló.//Carmen, Carmen, Carmen, Carmen./ Se murió Carmen Amaya y España entera lloró.// Del Somorrostro a la playa ya su estrella se apagó,/ se derrumbó su muralla como la de Jericó...// Carmen, Carmen, Carmen, Carmen./ Se murió Carmen Amaya y el mundo entero lloró.

¡Por fin! Canción que después han reversionado todas las futuras artistas de la copla por medio de un programa, nada de mi gusto, de Canal Sur. Entre canciones insinuantes a su inmediato amor al torero, como el tema "Te quiero, vida, te quiero" y un disco que grabó por "sevillanas" con el título de "¡Viva Triana!", la artista fue dejando poco a poco a un lado al maestro Solano, que tanto y tanto la ayudó, e inclinó la balanza a favor de las letras de Ignacio Román con las músicas del guitarrista y compositor jerezano Paco Cepero. Llegó la anhelada boda con "Paquirri", a la que yo asistí, invitado por ella, el 30 de abril de 1983; tuvo su hijo en 1984, y en septiembre de ese mismo año tuvo lugar la trágica cogida de Pozoblanco y su posterior muerte en Córdoba el 26 de septiembre. Recuerdo que yo estaba como miembro del Jurado de un concurso de baile de la Bienal en el hermoso marco de la Torre de don Fadrique, y fue su director, el mismo José Luis Ortiz Nuevo, quien comentó al público asistente la terrible noticia. Hasta 1985 no se decide a volver a los escenarios para presentar una canción de corte moderno, con letra y música de José Luis Perales, que fue un éxito inmediato y que se titulaba "Marinero de luces":

Ese barco velero cargado de sueños/ cruzó la bahía,/ me dejó aquella tarde agitando el pañuelo/ sentada en la orilla. Marinero de luces con alma de fuego y espalda morena,/ se quedó tu velero perdido en los mares,/ varado en la arena./ Olvidaste que yo, gaviota de luces,/ te estaba esperando,/ y te fuiste meciendo en olas de plata/ cantando, cantando./ Te embrujó aquella tarde/ el olor de azahar./ Ese barco velero cargado de sueños cruzó la bahía,/ me dejó tu mirada de fuego encendido/ clavada en la mía./ Marinero de luces de sol y de sombras, de mar y de olivo,/ se quedó tu silencio de rojo y arena/ clavado en el mío.

De ese mismo álbum es la titulada "Hoy quiero confesarme", que también logró un gran éxito como todas las que incluyó en él:

Por si hay una pregunta en el aire./ Por si hay alguna duda sobre mí,/ hoy quiero confesarme,/ hoy que me queda tiempo/ voy a contarles a todos como soy./ Hoy quiero confesar/ que estoy enamorada,/ por matar los rumores de aquella esquina,/ que me gusta el perfume de los claveles/ y que llevo en el alma Andalucía. Hoy quiero confesar/ que estoy algo cansada,/ de llevar esa estrella que pesa tanto,/ que perdí en el camino tantas cosas/ que me hicieron a veces tanto daño,/ tanto daño. Hoy quiero confesar./ Si estoy alegre o triste quién lo sabe,/ si todo el mundo tiene la razón,/ hoy quiero despojarme/ y desnudar el alma,/ para que sepan todos como soy./ Soy un poco de sal y un poquito de arena,/ primavera despierta en una ventana,/ soledad y vacío cuando espero,/ corazón encendido si él me llama./ Hoy quiero confesar que he llorado mil veces,/ escuchando las notas de una guitarra,/ que le debo a la vida tantas cosas,/ y he cantado bajito alguna nana, alguna nana. Hoy quiero confesar.

En ese álbum se recogían canciones como "Era mi vida él", "No puede ser", "Ven a mí otra vez", "Pensando en ti", "Ese tren de la vida" o "Mi pequeño del alma", dedicada a su hijo. Hizo uno de canciones mexicanas -cuyo mercado copaba Rocío Dúrcal- el año 1988, siendo al año siguiente cuando saca otra grabación titulada genéricamente "Se me enamora el alma". Pero fue en 1992 cuando José Luis Perales le prepara un nuevo disco titulado "Corazón herido", en el que la artista da a demostrar que está harta de tantas habladurías y cansada del asedio de los medios de comunicación. Entre canciones como "Por un beso", "Dónde estará escondido" y "Quiero mirar la vida" incluye "Que se busquen a otra", que habla, evidentemente, de esa asfixia que siente la cantante en aquel tiempo:

Que se busquen a otra/ y que olviden mi nombre para siempre,/ los que no me han querido,/ los que me han perseguido/ y me han hecho llorar./ Que se busquen a otra/ porque yo estoy herida/ y aún me siento paloma/ y deseo volar.// Que me dejen la luna para mirarla/ y la noche desnuda para besarla,/ que me dejen el aire para ver si respiro,/ que me dejen mis penas para llorarlas,/ que me dejen el tiempo para olvidarlas,/ que me dejen el beso de una gota de lluvia/ que acaricie mi cara.// Que se busquen a otra/ y que olviden mi rostro para siempre,/ los que me han enseñado/ el sabor más amargo/ y me han hecho sufrir./ Que se busquen a otra/ porque yo ya no puedo/ soportar este juego/y prefiero vivir./ Que se miren desnudos en el espejo,/ que se arranquen del alma lo que les quema/ y que lancen la piedra a un espacio vacío./ Que me dejen la copla para cantarla/ y un lugar en silencio para el olvido,/ que me dejen un sueño/ para andar por la vida.// Que me dejen la luna para mirarla/ y una noche desnuda para besarla,/ que me dejen el aire para ver si respiro,/ que me dejn mis penas para llorarlas/ y un minuto de tiempo para olvidarlas./ Que me dejen el beso de una gota de lluvia/ que acaricie mi cara.

No fue Isabel Pantoja una mujer a la que le ilusionara demasiado la gran pantalla, y aunque le ofrecieron muchas veces el rodaje de películas sólo se atrevió en 1990 rodando "Yo soy esa", con un repertorio de letras reversionadas de Conchita Piquer y Juanita Reina, y en 1991 con "El día que nací yo".

En el terreno de la copla fue una pena que su vida fuese más mediática a medida que avanzaba su fama. Era guapa, tenía mucha gracia y empaque encima de un escenario,vestía con un gusto extraordinario, tenía voz y, aunque con mucho trabajo, había encontrado su sitio. Hoy, más que por sus canciones, se le recuerda por haber sido "la viuda de España" y por los muchos jaleos que ha protagonizado en Marbella junto a su esporádico amor Julián Muñoz.


(En la fotografía, Isabel Pantoja)

6 comentarios:

  1. Por decir algo que relacione a Isabel (Maribel) Pantoja con Triana en los últimos años, después de desaparecer (como todas) del barrio. En el escenario de la Velá de 1999 fue nombrada "Trianera de Honor" y compartí con ella el mismo espacio. Y creo que fue en 2002 cuando se descubrió la placa en su casa natal de la barriada trianera de El Tardón (Remarco como tú la trianería de El Tardón porque no falta quien cree que son sitios distintos). Allí estaba el alcalde y todo el ejército de admiradores. Me tocó escribir y leer el saludo oficial y hasta la hice llorar -involunariamente; estaba emocionada-. Así que en estas ocasiones "trianeras" me tocó estar cerca. Cosas de un barrio que aún huele a pueblo por sus rincones.

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  2. Recuerdo aquel día porqu me lo contaste. Hace unos días, la última vez que estuve en Triana, vi la placa. El Tardón no es que sea Triana, es que es Triana pura. Sabes que en eso siempre hemos estado de acuerdo.
    Fue una lástima que Isabel estuviese tan mediatizada, desde que comenzó, con sus múltiples amoríos y el deseo de triunfar, lo que le hizo fallar muchas veces y costarle tanto trabajo encontrar su sitio. Después -en Córdoba le monté el stand de una firma de discos- parece que había variado y hasta tenía cierto toque de o matiz de cultura natural. Como cantaora pudo haber sido más de lo que es, pero nadie podía competir en aquel tiempo con Rocío Jurado.

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  3. Lo peor que tiene el Tardón es la "fuentesita" de la Plaza de San Martín de Porres. Aprovechando tu nueva serie de erotismo y humor, a ver si encontramos alguna letra que diga por donde hay que meterle la fuente con las vías del tranvía al fenomeno que mando a poner semejante adefesio en esta Plaza. Aprovechando que estamos hablando del Tardón y San Martín de Porres, ¿sabemos algo del homenaje pendiente?.

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  4. La fuentecita más fea nos tocó en tiempos del ínclito Floranes y el alcalde imperturbable, el señor del Valle, que en ocho años pasó el río cuatro veces (¿cuándo tendrá motivos Triana para pedir un premio a un alcalde de Sevilla por sus desvelos con el barrio más universal...?
    Los organizadores de la velá del Torruñuelo se han adelantado nombrando "hijo adoptivo" a don Luis León, el viejo patrón de la calesita de San Martín de Porres. La Asociación Cultural y Artística ha quedado a la espera de que pase el verano. Y ya veremos.

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  5. Se nos ha ido mucho el tiempo con lo de Luis León.

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  6. Realmente no sé qué ha pasado; todo estaba preparado, pero parece ser que vieron mejor el mes de septiembre para nuestro particular homenaje a quien tanto se lo merece y, claro, se nos han adelantado. Bueno, tan justo es lo del Turruñuelo como lo que la Asociación celebre "cuando llegue septiembre"...

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