A Elisa Santos Donaire
Gracia Cabrera Gómez, "Gracia Montes" en la vida artística, fue una cancionista de raza que lo mismo hacía una obra maestra de una copla que de un fandango o una soleá, con lo cual puede compararse, por supuesto que con sus diferencias canoras, a Gracia de Triana, atreviéndose incluso en los tiempos modernos a incorporar a su repertorio obras que no nos gustan a los amantes de la copla, pero que ella resolvía con cierta maestría.
Nacida en Lora del Río, una población a la que yo admiro por la gran cantidad de amigos que tengo en ella y porque siempre me han tratado con especial delicadeza los socios de su Peña Flamenca "El Laurel", Gracia se inició como casi todas las de su tiempo: acudiendo a la academia de Adelita Domingo en Sevilla, esa Adelita a la que tanto le deben la mayoría de las artistas de renombre, ya que no sólo se ocupaba de darle a sus alumnas clases de canto sino de enseñarlas a andar por el escenario, a pararse cuando la copla lo pedía, a saludar... ¡Genial Adelita!
Fue el representante artístico Brageli, que fue también descubridor de Juanita Reina y Paquita Rico entre otras, quien, tras su paso por Galas Juveniles con una excelente actuación en el Teatro Cervantes sevillano, la incluye en el espectáculo que Pepe Pinto estaba placeando por España con el título "La copla puso bandera" (1953), no sin antes haber tenido que convencer a su progenitor que se negaba a que la niña fuese artista. Una tía de Gracia, haciendo la vez de las célebres "madres" de artistas, fue la que se hizo cargo de la niña y prometió al padre cuidarla en todo momento.
Gracia pasó también en aquel tiempo por "Cabalgata fin de semana", siendo una niña mimada de Boby Deglané por su voz limpia y llena de flamenquería y por su enorme belleza. El año 1957 se atreve a montar su propio espectáculo, al que tituló "Rosa de Andalucía". De aquella época viene su primer éxito que pronto se haría popular por toda España, "Será una rosa, será clavel", de Francisco de Val y Miguel Díaz:
Tengo una cuna en mi casa/ que está esperando una flor,/ hilos de sangre la bordan/ de sangre del corazón./ De color azul celeste/ mandé hacer la cabecera/ con una paloma blanca/ y una corona de estrellas. ¡Ay!// ¿Será una rosa, será un clavel?/ el mes de mayo te lo diré./ ¿Será una rosa, será un clavel?/ Las golondrinas vendrán con él. ¿Será una rosa, será un clavel?/ El mes de mayo te lo diré.// Torero como su padre/ será si fuera un clavel./ Si es una rosa ¡qué guapa!,/ qué guapa tiene que ser./ Si es rosa la llamaremos/ Guadalupe la morena./ Si es un clavel le pondremos/ Juan Diego de la Rivera. ¡Ay!// (Refrán).
En este espectáculo incluyó también las canciones "Palito de ron", de Ochaíta, Valerio y Solano, que fue otro éxito, "Rosa de Andalucía", "Las cositas del cariño", "La romera" y los fandangos "Amor, por qué no viniste amor". Tanta gloria cosechó que a los pocos meses, en el mismo Teatro Cervantes, lleva al escenario el titulado "Coplas al viento", donde aparte de "Caridad la sanluqueña", entre otras canciones, forma el taco con un tema por zambra que ella hizo por rumbas de Quintero, Rafael de León, Clavero y el maestro Quiroga, "Maruja Limón", tema que había desechado antes Juanita Reina:
Era una rosa morena/ con los labios de coral,/ para quitarse las penas/ cantaba y cantaba/ por la madrugá.// ¿Qué te pasa a ti en los clisos,/ Maruja Limón,/ que se te han puesto pajizos/ Maruja Limón...?/ Al saber de tu ceguera/ comenta Graná/ -¡Amarilla y con ojeras,/ que pena me da!-/ Ya te he dicho muchas veces,/ Maruja Limón,/ que ese hombre me parece/ palomo ladrón.../ Como no pongas cerrojos/ en tu corazón/ van a ser fuentes tus ojos,/ Maruja Limón.// Tiene brillantes por ciento/ y esmeraldas un sinfín,/ pero por mor de aquel cuento/ los hombres le cantan/ por el Albaicín.// (Refrán).
Al hacerse una canción muy famosa, tampoco se quedó sin la parodia que de la misma hizo Emilio "El Moro", que le sacaba astillas a todas las canciones más populares:
Eres como una ballena/ con la boca toa doblá,/ que al que le pega un mordisco/ le arranca un menisco/ y tó lo demas.// ¿Qué te pasa a ti en los rizos, Maruja Melón,/ que parecen dos antenas de televisión?/ A través de tu ceguera me empiezo a explicar/ que tropieces con la estera que está en el portal./ Ya te he dicho muchas veces, Maruja Melón,/ que las piedras de la calle no son de algodón./ Como no has puesto cerrojos/ en la puerta del balcón.../ te has caído encima de un cojo,/ Maruja Melón, Maruja Melón/ Maruja Melón, Maruja Melón.// Tiene las chinches por ciento/ y de pulgas un sinfín,/ y por morder los insectos/ no va ni un turista por el Albaicín.// Ya se fueron tus enaguas, Maruja Melón,/ y tu blusa de lunares a la desinfección,/ ahora gástate el dinero en escama y zotal/ y colócate en el pelo una manta liá./ No me hiciste caso, Maruja Melón,/ y te has roto el espinazo contra un camión./ Por no haber puesto cerrojos/en la puerta de tu habitación.../ te ha puesto denuncia un cojo/ y estás en prisión, Maruja Melón,/ Maruja Melón, Maruja Melón,/ Maruja Melón, Maruja Melón.
Nacida en Lora del Río, una población a la que yo admiro por la gran cantidad de amigos que tengo en ella y porque siempre me han tratado con especial delicadeza los socios de su Peña Flamenca "El Laurel", Gracia se inició como casi todas las de su tiempo: acudiendo a la academia de Adelita Domingo en Sevilla, esa Adelita a la que tanto le deben la mayoría de las artistas de renombre, ya que no sólo se ocupaba de darle a sus alumnas clases de canto sino de enseñarlas a andar por el escenario, a pararse cuando la copla lo pedía, a saludar... ¡Genial Adelita!
Fue el representante artístico Brageli, que fue también descubridor de Juanita Reina y Paquita Rico entre otras, quien, tras su paso por Galas Juveniles con una excelente actuación en el Teatro Cervantes sevillano, la incluye en el espectáculo que Pepe Pinto estaba placeando por España con el título "La copla puso bandera" (1953), no sin antes haber tenido que convencer a su progenitor que se negaba a que la niña fuese artista. Una tía de Gracia, haciendo la vez de las célebres "madres" de artistas, fue la que se hizo cargo de la niña y prometió al padre cuidarla en todo momento.
Gracia pasó también en aquel tiempo por "Cabalgata fin de semana", siendo una niña mimada de Boby Deglané por su voz limpia y llena de flamenquería y por su enorme belleza. El año 1957 se atreve a montar su propio espectáculo, al que tituló "Rosa de Andalucía". De aquella época viene su primer éxito que pronto se haría popular por toda España, "Será una rosa, será clavel", de Francisco de Val y Miguel Díaz:
Tengo una cuna en mi casa/ que está esperando una flor,/ hilos de sangre la bordan/ de sangre del corazón./ De color azul celeste/ mandé hacer la cabecera/ con una paloma blanca/ y una corona de estrellas. ¡Ay!// ¿Será una rosa, será un clavel?/ el mes de mayo te lo diré./ ¿Será una rosa, será un clavel?/ Las golondrinas vendrán con él. ¿Será una rosa, será un clavel?/ El mes de mayo te lo diré.// Torero como su padre/ será si fuera un clavel./ Si es una rosa ¡qué guapa!,/ qué guapa tiene que ser./ Si es rosa la llamaremos/ Guadalupe la morena./ Si es un clavel le pondremos/ Juan Diego de la Rivera. ¡Ay!// (Refrán).
En este espectáculo incluyó también las canciones "Palito de ron", de Ochaíta, Valerio y Solano, que fue otro éxito, "Rosa de Andalucía", "Las cositas del cariño", "La romera" y los fandangos "Amor, por qué no viniste amor". Tanta gloria cosechó que a los pocos meses, en el mismo Teatro Cervantes, lleva al escenario el titulado "Coplas al viento", donde aparte de "Caridad la sanluqueña", entre otras canciones, forma el taco con un tema por zambra que ella hizo por rumbas de Quintero, Rafael de León, Clavero y el maestro Quiroga, "Maruja Limón", tema que había desechado antes Juanita Reina:
Era una rosa morena/ con los labios de coral,/ para quitarse las penas/ cantaba y cantaba/ por la madrugá.// ¿Qué te pasa a ti en los clisos,/ Maruja Limón,/ que se te han puesto pajizos/ Maruja Limón...?/ Al saber de tu ceguera/ comenta Graná/ -¡Amarilla y con ojeras,/ que pena me da!-/ Ya te he dicho muchas veces,/ Maruja Limón,/ que ese hombre me parece/ palomo ladrón.../ Como no pongas cerrojos/ en tu corazón/ van a ser fuentes tus ojos,/ Maruja Limón.// Tiene brillantes por ciento/ y esmeraldas un sinfín,/ pero por mor de aquel cuento/ los hombres le cantan/ por el Albaicín.// (Refrán).
Al hacerse una canción muy famosa, tampoco se quedó sin la parodia que de la misma hizo Emilio "El Moro", que le sacaba astillas a todas las canciones más populares:
Eres como una ballena/ con la boca toa doblá,/ que al que le pega un mordisco/ le arranca un menisco/ y tó lo demas.// ¿Qué te pasa a ti en los rizos, Maruja Melón,/ que parecen dos antenas de televisión?/ A través de tu ceguera me empiezo a explicar/ que tropieces con la estera que está en el portal./ Ya te he dicho muchas veces, Maruja Melón,/ que las piedras de la calle no son de algodón./ Como no has puesto cerrojos/ en la puerta del balcón.../ te has caído encima de un cojo,/ Maruja Melón, Maruja Melón/ Maruja Melón, Maruja Melón.// Tiene las chinches por ciento/ y de pulgas un sinfín,/ y por morder los insectos/ no va ni un turista por el Albaicín.// Ya se fueron tus enaguas, Maruja Melón,/ y tu blusa de lunares a la desinfección,/ ahora gástate el dinero en escama y zotal/ y colócate en el pelo una manta liá./ No me hiciste caso, Maruja Melón,/ y te has roto el espinazo contra un camión./ Por no haber puesto cerrojos/en la puerta de tu habitación.../ te ha puesto denuncia un cojo/ y estás en prisión, Maruja Melón,/ Maruja Melón, Maruja Melón,/ Maruja Melón, Maruja Melón.
Al contrario de las artistas de su generación, Gracia Montes no fue muy dada a hacer películas y solamente intervino en dos, por cierto que ambas excelentes, aunque ella no fuese la actriz protagonista: "Historias de la radio", donde interpretó "La romera", y "Muerte de un ciclista". Las dos se rodaron el año 1955.
Otra de sus canciones que viven en el recuerdo fue "Moscatel", de León, Clavero, Quintero y Quiroga, canción de las que siempre llevó en su repertorio y, por supuesto, su buque insignia, su canción "marca de la casa", de Rafael de León y el maestro Juan Solano, "Soy una feria":
En un duelo de amargos desconsuelos/ estamos empeñados en la vida,/ tus armas son las quejas y los celos/ la mía la franqueza y alegría./ Me estás constantemente avasallando,/ no cantes, no te rías, ponte seria,/ y siempre terminamos tarifando/ pues yo, quieras o no, soy una feria,/ soy una feria, soy una feria./ Si sabes de verdad que yo te quiero/ alégrame la vida compañero/ y déjate de penas y miserias,/ olvídate de negros sinsabores/ y viste tu bandera de colores,/ pues yo, quieras o no, soy una feria,/ soy una feria, soy una feria.
Fue una pena que cuando podía alcanzar lo máximo en su carrera y convertirse en la natural heredera de las artistas que la precedieron, un amor "celoso" hace que se retire de los escenarios y lo deje todo. El público fue olvidándose un poco de ella y, además, el amor no fue correspondido tal y como había deseado, con lo cual la vuelta, el año 1965, fue bastante difícil porque coincidió también con el inicio de la decadencia de la canción española. Se presentó en el Teatro San Fernando de Sevilla con el espectáculo "La rosa de las marismas", con libreto de Ochaíta y Valerio y música del maestro Solano. Aunque en él incluyó temas como "Palabritas en el viento", "Yo fui rosa", "La rosa de las marismas" y "Claveles en mayo", entre otras, se hizo muy popular "La lumbre de tu cigarro", de Ochaíta, Solano y Rodríguez:
Si me quieres dímelo, si no.../ si no, dame veneno, si.../ si no, dame veneno./ No seré la primera dama que.../ que se nuere por su dueño, que.../ que se muere por su dueño.// ¡Ay, cógeme, cógeme,/ cógeme en tus brazos,/ creí que era una estrellita/ la lumbre de tu cigarro./ Si piensas que por tu enojo/ tengo que echarme a llorar,/ calla, pobrecito tonto,/ que otro ocupa tu lugar...// ¡Ay de mí, que siendo niña, di.../ la palabra a un moreno di.../ la palabra a un moreno,/ y ahora que ya soy mocita, a.../ cumplirla no me atrevo, a.../ cumplirla no me atrevo...// Los ojos de Juan son lirios,/ los de Francisco Claveles,/ los de Antonio claveyinas/ y azucenas los Manueles...// (Refrán)// Aunque voy al cortijo, no voy por nada,/ voy a ver a mi amante que está de guarda.// ¡Ay, cógeme, cógeme,/ cógeme en tus brazos,/ creí que era una estrellita/ la lumbre de tu cigarro!
Gracia Montes, cuya retirada profesional, de la que siempre se arrepintió, fue una pena para ella y para el mundo de la copla, grabó una docena de discos y quizás la primera mujer que grabó al entonces compositor moderno Manuel Alejandro, que componía casi todas las canciones de Raphael. Independientemente de la canciones, Gracia no dejó nunca de lado el hermoso mundo de las "sevillanas" y grabó mucha composiciones de este tema: "Viene Triana", "Lo mejor de Sevilla", "Mis devociones" o "De Lora a Málaga", etc.
Tenía una voz genial, bien modulada, estilo natural en el escenario. Era Gracia Montes, al menos para mí, la reencarnación de los años de gloria de la copla.
(En la fotografía, Gracia Montes)
Otra de sus canciones que viven en el recuerdo fue "Moscatel", de León, Clavero, Quintero y Quiroga, canción de las que siempre llevó en su repertorio y, por supuesto, su buque insignia, su canción "marca de la casa", de Rafael de León y el maestro Juan Solano, "Soy una feria":
En un duelo de amargos desconsuelos/ estamos empeñados en la vida,/ tus armas son las quejas y los celos/ la mía la franqueza y alegría./ Me estás constantemente avasallando,/ no cantes, no te rías, ponte seria,/ y siempre terminamos tarifando/ pues yo, quieras o no, soy una feria,/ soy una feria, soy una feria./ Si sabes de verdad que yo te quiero/ alégrame la vida compañero/ y déjate de penas y miserias,/ olvídate de negros sinsabores/ y viste tu bandera de colores,/ pues yo, quieras o no, soy una feria,/ soy una feria, soy una feria.
Fue una pena que cuando podía alcanzar lo máximo en su carrera y convertirse en la natural heredera de las artistas que la precedieron, un amor "celoso" hace que se retire de los escenarios y lo deje todo. El público fue olvidándose un poco de ella y, además, el amor no fue correspondido tal y como había deseado, con lo cual la vuelta, el año 1965, fue bastante difícil porque coincidió también con el inicio de la decadencia de la canción española. Se presentó en el Teatro San Fernando de Sevilla con el espectáculo "La rosa de las marismas", con libreto de Ochaíta y Valerio y música del maestro Solano. Aunque en él incluyó temas como "Palabritas en el viento", "Yo fui rosa", "La rosa de las marismas" y "Claveles en mayo", entre otras, se hizo muy popular "La lumbre de tu cigarro", de Ochaíta, Solano y Rodríguez:
Si me quieres dímelo, si no.../ si no, dame veneno, si.../ si no, dame veneno./ No seré la primera dama que.../ que se nuere por su dueño, que.../ que se muere por su dueño.// ¡Ay, cógeme, cógeme,/ cógeme en tus brazos,/ creí que era una estrellita/ la lumbre de tu cigarro./ Si piensas que por tu enojo/ tengo que echarme a llorar,/ calla, pobrecito tonto,/ que otro ocupa tu lugar...// ¡Ay de mí, que siendo niña, di.../ la palabra a un moreno di.../ la palabra a un moreno,/ y ahora que ya soy mocita, a.../ cumplirla no me atrevo, a.../ cumplirla no me atrevo...// Los ojos de Juan son lirios,/ los de Francisco Claveles,/ los de Antonio claveyinas/ y azucenas los Manueles...// (Refrán)// Aunque voy al cortijo, no voy por nada,/ voy a ver a mi amante que está de guarda.// ¡Ay, cógeme, cógeme,/ cógeme en tus brazos,/ creí que era una estrellita/ la lumbre de tu cigarro!
Gracia Montes, cuya retirada profesional, de la que siempre se arrepintió, fue una pena para ella y para el mundo de la copla, grabó una docena de discos y quizás la primera mujer que grabó al entonces compositor moderno Manuel Alejandro, que componía casi todas las canciones de Raphael. Independientemente de la canciones, Gracia no dejó nunca de lado el hermoso mundo de las "sevillanas" y grabó mucha composiciones de este tema: "Viene Triana", "Lo mejor de Sevilla", "Mis devociones" o "De Lora a Málaga", etc.
Tenía una voz genial, bien modulada, estilo natural en el escenario. Era Gracia Montes, al menos para mí, la reencarnación de los años de gloria de la copla.
(En la fotografía, Gracia Montes)
Hola Emilio,
ResponderEliminarQué ilusión la dedicatoria del artículo de mi paisana en tu blog. Gracias!!!
En casa, por supuesto crecimos con el "Maruja Limón", era una de las canciones preferidas de mi padre, a mi madre le gustaba más "Soy una feria", jajaja...
Es cierto que la carrera de Gracia Montes podría haber sido diferente, pero... el amor... de todos modos, no creo que se haya arrepentido de ello.
De lo que si me da que se ha arrepentido es de no haber podido cantar de verdad esa "Será una rosa, será un clavel". Aunque en mi pueblo, como en todos los pueblos, existe cierta rumorología, de que eso no es totalmente así... no sé...
Por cierto, dentro de poco estará por mi pueblo, porque van a hacer un acto para nombrarla "Hija predilecta", me enteraré de cuando es y te informo.
Gracias de nuevo.
Un abrazo
Elisa
Sabía que te iba a gustar la dedicatoria porque eres más loreña que la Virgen de Setefilla. Gracia es una persona singular, cariñosa, buenísima, y muy pocas cantaoras se han entregado tanto como ella.
ResponderEliminarFue una tontería que abandonase la canción por el machismo de un hombre que no la trató bien en el terreno amoroso. Ya te contaré.
Espero que me informes cuando la hagan Hija Predilecta de Lora. Te lo agradeceré.
Un abrazo
Interesante la historia amorosa de la loreña, pero como versa la canción de "La Lirio": la verdad del cuento la sabe "La Montes" y Dios. Me apunto con vosotros al paseo por Lora del Rio y me llevaré algunas poesías de Juan Cervera que recitaremos en alguna plaza que nos recomiende Elisa.
ResponderEliminarSon cosas que suelen pasar. Ella dice textualmente en alguna publicación que "aquel hombre por el que había abandonado el mundo que más quería, el de su profesión, no había colmado sus ilusiones de mujer."
ResponderEliminarEsperemos estar en su nombramiento como Hija Predilecta de Lora.