Hace unos momentos, gracias a un correo de mi buen amigo y cantaor Marcelo Sousa, he recibido la penosa noticia, aunque esperada desde hace tiempo, de la muerte del gran estudioso, cantaor, conferenciante y escritor Luis Caballero Polo, al que tantas cosas me han unido siempre en la amistad y en idéntica afición.
Conocí a Luis a mediados de los años 70 en la célebre Tertulia Flamenca de Radio Sevilla, y desde entonces fuimos acercando nuestros encuentros. Fue habitual colaborador de nuestra revista "Sevilla Flamenca", y cuando el padre Javierre me encargó el suelto semanal "Correo Flamenco" Luis fue mi primer y más apreciado colaborador. Con una pluma brillantísima y con un conocimiento del flamenco como muy pocos a todos nos enseñaba siempre dándonos profundas lecciones vividas desde dentro. La misma experiencia gocé con él como habitual contertulio de mi programa en Radio Popular de Sevilla "Ser del Sur", en el que sabía poner siempre su palabra llena de magisterio y de valentía en no pocas ocasiones.
Gozamos mucho, vivimos mucho, mucho nos hemos divertido y mucho hemos trabajado, sobre todo él, para divulgar el flamenco por todos los rincones. Luis siempre será inolvidable para todos cuantos tuvimos la suerte de conocerlo, de escucharlo cantar, de sentir su enorme sentido del humor y beber de sus cientos de anécdotas. Él tenía la habilidad de que nadie hubiese triste a su lado.
Nos dejó su Misa Flamenca en compañía de Antonio Mairena, de Naranjito y de "El Poeta" y algunas grabaciones en las que siempre lo sentiremos vivo. Nos dejó su palabra grabada en las tertulias, pero sobre todo en la memoria y, aunque él era remiso a hacerlo, nos dejó su vida escrita en un escalofriante libro que le animé a hacer y que tuve el honor de prologar: "Luis Caballero visto por Luis Caballero (Por entre la paz, la guerra y el cante)", en el que hasta las grandes amarguras que sufrió a lo largo de su vida supo disfrazarlas con el laurel victorioso de la sonrisa.
Conocí a Luis a mediados de los años 70 en la célebre Tertulia Flamenca de Radio Sevilla, y desde entonces fuimos acercando nuestros encuentros. Fue habitual colaborador de nuestra revista "Sevilla Flamenca", y cuando el padre Javierre me encargó el suelto semanal "Correo Flamenco" Luis fue mi primer y más apreciado colaborador. Con una pluma brillantísima y con un conocimiento del flamenco como muy pocos a todos nos enseñaba siempre dándonos profundas lecciones vividas desde dentro. La misma experiencia gocé con él como habitual contertulio de mi programa en Radio Popular de Sevilla "Ser del Sur", en el que sabía poner siempre su palabra llena de magisterio y de valentía en no pocas ocasiones.
Gozamos mucho, vivimos mucho, mucho nos hemos divertido y mucho hemos trabajado, sobre todo él, para divulgar el flamenco por todos los rincones. Luis siempre será inolvidable para todos cuantos tuvimos la suerte de conocerlo, de escucharlo cantar, de sentir su enorme sentido del humor y beber de sus cientos de anécdotas. Él tenía la habilidad de que nadie hubiese triste a su lado.
Nos dejó su Misa Flamenca en compañía de Antonio Mairena, de Naranjito y de "El Poeta" y algunas grabaciones en las que siempre lo sentiremos vivo. Nos dejó su palabra grabada en las tertulias, pero sobre todo en la memoria y, aunque él era remiso a hacerlo, nos dejó su vida escrita en un escalofriante libro que le animé a hacer y que tuve el honor de prologar: "Luis Caballero visto por Luis Caballero (Por entre la paz, la guerra y el cante)", en el que hasta las grandes amarguras que sufrió a lo largo de su vida supo disfrazarlas con el laurel victorioso de la sonrisa.
Quien sufrió tantas calamidades en la tierra de seguro que tendrá ahora un sitio privilegiado en el paraíso de los justos. Mi pésame a su hija Eva, a su yerno, a sus nietos y demás familiares.
¡Descanse en paz el bueno de Luis, mi amigo Luis, el inolvidable Luis!
(Foto de Luis Caballero por Paco Sánchez)
¡Descanse en paz el bueno de Luis, mi amigo Luis, el inolvidable Luis!
(Foto de Luis Caballero por Paco Sánchez)
En mi blog de biblioteca he escrito también una entrada dedicada a él. No hay nada más que decir.
ResponderEliminarPor desgracia se nos ha ido uno de los grandes amigos.
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