Dentro de aquel panorama de los llamados "los años 20", nos encontramos con una figura que sonó más por su atrevimiento, sus piernas esculturales y su exotismo en el vestir que por su cualidades canoras. Nos referimos a la sevillana Reyes Castizo, conocida por el raro nombre artístico de "La Yankee" siendo de la ciudad de la Giralda.
Sus inicios, como el de muchas otras, fueron en las revistas, en los temas de varietés y en los llamados music-hall, donde triunfó por ser una gran bailarina de charlestón que enloquecía al personal con el movimiento de unas piernas que sólo superaba en belleza la francesa Mistinguett y con un cante de lo más alocado.
Precisamente para cantar y bailar el charlestón fue contratada para participar en la célebre revista musical "El Sobre verde", que llevaba libreto de Enrique Paradas y Joaquín Jiménez, y música del maestro Guerrero. Logró un gran triundo con su participación imitando a la célebre vedette amaricana del "Folies Bergère" Josephine Baker con su famoso cinturón de plátanos como indumentaria. De ella, refiriéndose a su poco cante pero buenas hechuras, decía el letrista, escritor, compositor y dibujante, Álvaro Retana, que era una mujer a la que "no se oía, pero se la veía".
Precisamente para cantar y bailar el charlestón fue contratada para participar en la célebre revista musical "El Sobre verde", que llevaba libreto de Enrique Paradas y Joaquín Jiménez, y música del maestro Guerrero. Logró un gran triundo con su participación imitando a la célebre vedette amaricana del "Folies Bergère" Josephine Baker con su famoso cinturón de plátanos como indumentaria. De ella, refiriéndose a su poco cante pero buenas hechuras, decía el letrista, escritor, compositor y dibujante, Álvaro Retana, que era una mujer a la que "no se oía, pero se la veía".
Para ella escribieron Bolaños y Jofre el cébre charlestón "¡Cómprame un negro!", al que le puso música el maestro Villajos. Lo estreno el año 1926, año en el que también se presenta en el Olympia de París. ¿Recuerdan esta letra?:
Son tantos negros los que han venido/ para enseñarnos el charlestón/ que las mamás se ven morás/ para evitar ir al bazar,/ donde esas muestras de chocolate/ a los pequeños hacen exclamar:// ¡Madre, cómprame un negro,/ cómprame un negro en el bazar!/ ¡Madre, cómprame un negro,/ cómprame un negro en el bazar!/ que baile el charlestón/ y que toque el jazz-band./ ¡Madre, yo quiero un negro,/ yo quiero un negro/ para bailar!// El otro día papá me dijo:/ -¡Anda, nenita, vete al bazar!/ Y, al ir allí, un negro vi/ y yo a papá le dije así:/ -¡Éste es Domingo, nuestro vecino,/ un gran amigo de mi mamá!// (Refrán).
Con letra y música de los mismos autores, en 1923 Anselmo Lizana "Nazy" estrena el charlestón, que de seguro todos ustedes conocen y han tarareado alguna vez, "Al Uruguay", aunque quien lo propagase y recreace con gran éxito fue la propia Yankee, llevándolo también en su repertorio Luisita Esteso:
Un extraño caso/ a mí me ha pasado/ pues todos mis nervios/ se han soltado./ Y a un doctor famoso/ fui a consultar,/ pero las narices/ me quiso tocar./ Mas, como protesté,/ mandóme al Uruguay/ y entonces yo le contesté:// Al Uruguay, guay, yo no voy, voy/ porque temo naufragar./ Al Uruguay, guay, yo no voy, voy/ porque temo naufragar./ Mándeme a París, si es que le da igual./ Al Uruguay, guay, yo no voy, voy/ porque temo naufragar.// Estos movimientos,/ aunque son nerviosos/ son horriblemente/ contagiosos./ Y no será extraño/ que, al salir de aquí,/ algunos de ustedes/ baile así./ Si van a protestar,/ les mando al Uruguay/ y así me habrán de contestar:// (Refrán).
En otro apartado hablábamos de una cupletista como Salud Ruiz y de aquel cuplé inolvidable titulado "Nena", del que tantas y tan buenas versiones se han realizado: Pero, aparte de aquella importantísima creación, y de haber sido la gran difusora -la creadora fue Lola Montes- de "El novio de la muerte" y de "La joya del harén", entre muchas otras, no queremos olvidarnos de "Muñeca de amor" que, con letra de "Martinillo" y música de Bertrán Reyna, estrenó en 1919:
Un banquero joven que la quería/ la llevaba en el coche con cierto esplendor;/ por la Castellana con él la lucía,/ bebiendo en sus ojos locuras de amor./ Hasta que, cansado de su amor sincero,/ por otros amores la dejó el banquero./ Mientras con dulzura su traje arreglaba,/ con voz de amargura la pobre cantaba:// Muñeca de amor,/ serás mi tesoro;/ te vestiré siempre/ de seda y oro;/ sin ningún rubor,/ te pasearé,/ y te cantaré,/ muñeca de amor.// Una noche cruda del mes de Enero,/ la pobre muchacha se vio perseguida;/ al brazo acogióse de un modesto obrero,/ en las inquietudes de su triste vida./ El romanticismo de aquellas bondades/ rosal fue de besos y felicidades./ Bajo el sol de invierno, en casa modesta,/ el humilde obrero cantaba a la honesta:// Muñeca de amor,/ mi bien adorado:/ tú serás mi dicha/ libre de pecado;/ siempre tu dolor/ glorificaré/ y te cantaré,/ muñeca de amor.
A esta composición le siguió en 1920, con letra y música del incansable Álvaro Retana, la titulada "Santa Rita" que, como todas sus creaciones, Salud Ruiz bordaba en el escenario:
En Polonia existía un castillo,/ propiedad de un ilustre señor,/ que era padre de una jovencita,/ modelo adorable de gracia y candor./ Cierto día al castillo avisaron/ que estallaba la revolución/ y la joven, temblando de miedo, así por la noche piadosa rezó:// Santa Rita, yo te pido/ que no me eches en olvido,/ pues los revolucionarios/ son bastante sanguinarios./ Y hay feroces bolcheviques,/ creación de Lucifer,/ que disfrutan atacando/ el candor de una mujer.// Una tarde, tras lucha sangrienta,/ del castillo se posesionó/ cierto jefe de los bolcheviques/ que, altivo y gozoso, allí se instaló./ Era un mozo de gesto atrevido/ que a la niña gentil respetó,/ mas la joven, temblando de miedo,/ así por la noche piadosa rezó:// Santa Rita, no me dejes/ en poder de estos herejes;/ no permitas que esta fiera/ te malogre una soltera./ Santa Rita, si el infame/ con un arma me ha de herir,/ haz que me mate de un modo/ que apenas me haga sufrir.// Pero al fin se marchó el bolchevique/ y el castillo tranquilo quedó;/ mas, en cambio, según mis noticias,/ quedóse la joven de muy mla humor./ Pues aquel bolchevique rabioso/ ni una sola crueldad cometió/ y, evocando sus muchas fierezas,/ colmada de pena, la niña rezó:// Santa Rita, Santa Rita,/ lo que se da no se quita./ Si un bolchevique has mandado/ ¿Para qué me lo has quitado?/ Santa Rita, Santa Rita,/ te lo pido por favor:/ haz que vuelva un bolchevique/ y si vienen tres, mejor.
¡La maravillosa picaresca del cuplé!
(En la fotografía, Reyes Castizo "La Yankee")
Son tantos negros los que han venido/ para enseñarnos el charlestón/ que las mamás se ven morás/ para evitar ir al bazar,/ donde esas muestras de chocolate/ a los pequeños hacen exclamar:// ¡Madre, cómprame un negro,/ cómprame un negro en el bazar!/ ¡Madre, cómprame un negro,/ cómprame un negro en el bazar!/ que baile el charlestón/ y que toque el jazz-band./ ¡Madre, yo quiero un negro,/ yo quiero un negro/ para bailar!// El otro día papá me dijo:/ -¡Anda, nenita, vete al bazar!/ Y, al ir allí, un negro vi/ y yo a papá le dije así:/ -¡Éste es Domingo, nuestro vecino,/ un gran amigo de mi mamá!// (Refrán).
Con letra y música de los mismos autores, en 1923 Anselmo Lizana "Nazy" estrena el charlestón, que de seguro todos ustedes conocen y han tarareado alguna vez, "Al Uruguay", aunque quien lo propagase y recreace con gran éxito fue la propia Yankee, llevándolo también en su repertorio Luisita Esteso:
Un extraño caso/ a mí me ha pasado/ pues todos mis nervios/ se han soltado./ Y a un doctor famoso/ fui a consultar,/ pero las narices/ me quiso tocar./ Mas, como protesté,/ mandóme al Uruguay/ y entonces yo le contesté:// Al Uruguay, guay, yo no voy, voy/ porque temo naufragar./ Al Uruguay, guay, yo no voy, voy/ porque temo naufragar./ Mándeme a París, si es que le da igual./ Al Uruguay, guay, yo no voy, voy/ porque temo naufragar.// Estos movimientos,/ aunque son nerviosos/ son horriblemente/ contagiosos./ Y no será extraño/ que, al salir de aquí,/ algunos de ustedes/ baile así./ Si van a protestar,/ les mando al Uruguay/ y así me habrán de contestar:// (Refrán).
En otro apartado hablábamos de una cupletista como Salud Ruiz y de aquel cuplé inolvidable titulado "Nena", del que tantas y tan buenas versiones se han realizado: Pero, aparte de aquella importantísima creación, y de haber sido la gran difusora -la creadora fue Lola Montes- de "El novio de la muerte" y de "La joya del harén", entre muchas otras, no queremos olvidarnos de "Muñeca de amor" que, con letra de "Martinillo" y música de Bertrán Reyna, estrenó en 1919:
Un banquero joven que la quería/ la llevaba en el coche con cierto esplendor;/ por la Castellana con él la lucía,/ bebiendo en sus ojos locuras de amor./ Hasta que, cansado de su amor sincero,/ por otros amores la dejó el banquero./ Mientras con dulzura su traje arreglaba,/ con voz de amargura la pobre cantaba:// Muñeca de amor,/ serás mi tesoro;/ te vestiré siempre/ de seda y oro;/ sin ningún rubor,/ te pasearé,/ y te cantaré,/ muñeca de amor.// Una noche cruda del mes de Enero,/ la pobre muchacha se vio perseguida;/ al brazo acogióse de un modesto obrero,/ en las inquietudes de su triste vida./ El romanticismo de aquellas bondades/ rosal fue de besos y felicidades./ Bajo el sol de invierno, en casa modesta,/ el humilde obrero cantaba a la honesta:// Muñeca de amor,/ mi bien adorado:/ tú serás mi dicha/ libre de pecado;/ siempre tu dolor/ glorificaré/ y te cantaré,/ muñeca de amor.
A esta composición le siguió en 1920, con letra y música del incansable Álvaro Retana, la titulada "Santa Rita" que, como todas sus creaciones, Salud Ruiz bordaba en el escenario:
En Polonia existía un castillo,/ propiedad de un ilustre señor,/ que era padre de una jovencita,/ modelo adorable de gracia y candor./ Cierto día al castillo avisaron/ que estallaba la revolución/ y la joven, temblando de miedo, así por la noche piadosa rezó:// Santa Rita, yo te pido/ que no me eches en olvido,/ pues los revolucionarios/ son bastante sanguinarios./ Y hay feroces bolcheviques,/ creación de Lucifer,/ que disfrutan atacando/ el candor de una mujer.// Una tarde, tras lucha sangrienta,/ del castillo se posesionó/ cierto jefe de los bolcheviques/ que, altivo y gozoso, allí se instaló./ Era un mozo de gesto atrevido/ que a la niña gentil respetó,/ mas la joven, temblando de miedo,/ así por la noche piadosa rezó:// Santa Rita, no me dejes/ en poder de estos herejes;/ no permitas que esta fiera/ te malogre una soltera./ Santa Rita, si el infame/ con un arma me ha de herir,/ haz que me mate de un modo/ que apenas me haga sufrir.// Pero al fin se marchó el bolchevique/ y el castillo tranquilo quedó;/ mas, en cambio, según mis noticias,/ quedóse la joven de muy mla humor./ Pues aquel bolchevique rabioso/ ni una sola crueldad cometió/ y, evocando sus muchas fierezas,/ colmada de pena, la niña rezó:// Santa Rita, Santa Rita,/ lo que se da no se quita./ Si un bolchevique has mandado/ ¿Para qué me lo has quitado?/ Santa Rita, Santa Rita,/ te lo pido por favor:/ haz que vuelva un bolchevique/ y si vienen tres, mejor.
¡La maravillosa picaresca del cuplé!
(En la fotografía, Reyes Castizo "La Yankee")
¡Qué guay! Con lo moderno que parece eso de ¡qué guay! y debe ser viejo como el hambre. Creo que incluso aparece en el Quijote. Pues, no Emilio, nunca he tarareado esta canción, pero después de leer algunos de tus artículos, he caído por el pozo de internet hasta enredarme con algunas ondas sonoras. He podido escuchar un trocito de "Al Uruguay" cantada por la Bella Chelito (supongo que será verdad) en esta dirección: http://es.kendincos.net/video-rtvlhvr-la-bella-chelito-mpg.html. Con estas calores no me queda más remedio que tirarme de nuevo al pozo, ¿tropezaré con las piernacas de la Yankee?
ResponderEliminarSí, sí que es antigua la expresión ¡Guay! ¿De verdad que nunca la habías escuchado?
ResponderEliminarImagínate las piernas de esa mujer en el escenario con aquellos públicos. Y dicen que todavía las tenía mejores "La Mistinguett". Para comérselas. Pero, mira que llamarse "La Yankee" siendo sevillana y con el nombre tan bonito que tenía...
La verdad es que "La Yankee" no tenía la imagen de la mujer de los años 20, al menos en lo que al vestuario se refiere. Rafa, el video de La Bella Chelito es muy bueno. Tírate de nuevo al pozo a ver si encuentras algún video de la Yankee.
ResponderEliminarEmilio, sigo insistiendo en la idea de ilustrar estos artículos tan magníficos con algún video o archivo sonoro. Pero sin estrés.
Tengo más fotos de Reyes Castizo "La Yankee" y era explosiva. Esas piernas ya no se fabrican. Las piernas bonitas de las mujeres -y no quiero abrir un debate innecesario- es cuando andan y los aductores se mueven al compás de los glúteos. Es decir, un paso de palio pero con las bambalinas en las trabajaderas.
ResponderEliminarRafa seguro que te encuentra un vídeo de esta paisana.
Lo de incluir temas sonoros y visuales, ya te dije que tiene sus ciertos problemas legales. De todas formas, me lanzaría si mi hija Myriam, que es la experta, me enseña a incluirlos.
¡Venga, hala, a buscar las piernas de La Yankee!
QUE LINDO ES ENCONTRAR ACÁ LAS LETRAS DE LAS CANCIONES QUE LES OÍ CANTAR A ABUELAS Y BISABUELAS. GRACIAS POR ESTA INFORMACIÓN
ResponderEliminarPues me alegra de que nos haya encontrado. Aquí, la copla siempre tiene un gran protagonismo.
ResponderEliminarUn abrazo.
He llegado aquí buscando el año en que se creó "Al Uruguay".
ResponderEliminarEntré en una controversia pues yo sabía que era antes de la guerra y me porfiaban que era de Olga Ramos y de los 60.
¡Si está claro que era de cuando se cruzaba el charco en barco!
Una curiosidad: Lo de "tocar las narices" el médico viene de un doctor que se hizo famoso curando casos imposibles tocando el trigémino.
Todo lo sé por mi madre que era muy coplera.
Me alegro de que le haya servido esta página. Olga Ramos lo reinterpretó. La propiedad original era de esta sevillana con apodo artístico americano.
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