
Es la arriera más cualificada que he visto en mi vida. Cuando me desmando por cualquier cosa que me hierve la sangre, me basta con ese cachondo: "Sóooooo, Emilio", para quedarme más parado que en un semáforo rojo. Pero cuando es a ella a quien le hierven las injusticias que de vez en cuando me ha traido la vida, siempre es la que me ha animado y la que me ha provocado para cantarle a quien sea las verdades esas que dicen que decía el barquero. Y cuando dice: "Arreeeee, Emilio", quiere decir que me cargue a todo cuanto se ponga por delante.
Con todas las buenas cosas y las malas que conlleva un matrimonio, han pesado más las primeras que las segundas. Empezamos dos y ya somos 11, el equipo de fútbol completo más cachondo que se puedan imaginar. Creo que el sentido del humor también se lleva en la genética, porque de otra forma no se comprende cuánto y cómo nos reímos cuando coincidimos todos juntos: padres, hijos, yernos y nueras -¡qué feos estos dos vocablos últimos!- y, por supuesto, esos locos bajitos de los que hablaba Serrat, que ya no son tan bajitos ni tan dóciles, ni tan de goma, y que te dan una lección de mandos del ordenador en menos tiempo que me la daban de latín mis profesores del instituto "San Isidoro".
Si no hubiese sido por esta cantillanera -deben saber que el slogan de este pueblo es: Cantillana, el pueblo donde mandan las mujeres-, cualquiera sabe qué hubiese sido de mí. El destino, en el que creo más que en cualquier cosa, nos unió, ni por química ni por física, que es lo que ahora se dice. Nos unió porque éramos jóvenes, vivíamos enfrente, ella era bonita -lo sigue siendo- y yo no estaba de mal parecer. Después la vida, que unimos, como no podía ser de otra forma, en la Iglesia de Santa Ana, el 12 de marzo de 1972, donde se habían casado también mis abuelos y mis padres y mis tíos y primos y mi hijo Pablo -Myriam fue una disidente "pija" de la Catedral-, tuvo como en todos los matrimonios sus luces y sus sombras, pero cierto es decir que fueron y siguen siendo más benditas las auroras que los ponientes.
El báculo de un obispo es puro simulacro con el que ella me ha puesto siempre en las manos: báculo de ánimo, de esperanzas y entereza; báculo de aguante, de coraje y de comprensión, de alegría y de gozo. Cuando me irrita con un comentario yo sé que lleva la razón. Cuando se achanta y se hace la distraida, bien sabe ella que la llevo yo, pero como buena "cantillanera" tiene la obligación nativa de decir no cuando quiere decir sí. Cuando se queda en un intermedio, es cuando canta por Rocío Jurado o por su preferida, Lola Flores, su célebre "Ay, pena, penita, pena", que es lo que suele cantar cuando está a gusto entre amigos o cuando sabe que le he ganado la batalla.
Ahí sí hay química: la de la experiencia de los años compartidos, que te dan serenidad, clara seguridad y un amor sereno. Todo tiene su momento. Yo, en mis años jóvenes, era el mejor caballo que los Peralta tenían en su rancho de Puebla del Río. Ahora, al lado de ella, aunque con mi genio e inconformidades de siempre, me he conformado con ser el caballo disecado de un retratista de ferias. Y es que lo que no pueda hacer una mujer de Cantillana con un hombre, no lo hace nadie. Son las mejores domadoras del mundo mundial, como diría Jesulín.
Ahí sí hay química: la de la experiencia de los años compartidos, que te dan serenidad, clara seguridad y un amor sereno. Todo tiene su momento. Yo, en mis años jóvenes, era el mejor caballo que los Peralta tenían en su rancho de Puebla del Río. Ahora, al lado de ella, aunque con mi genio e inconformidades de siempre, me he conformado con ser el caballo disecado de un retratista de ferias. Y es que lo que no pueda hacer una mujer de Cantillana con un hombre, no lo hace nadie. Son las mejores domadoras del mundo mundial, como diría Jesulín.
A lo hecho, pecho. Me podía haber tocado cualquier otra, posiblemente mejor. A estas alturas de la vida no cambio a mi Lola ni por una Consejería de la Junta, que ya es decir.
Ha sido, para mí, la mejor persona que Dios ha podido cruzar en mi vida. Digo esto porque ella no sabe manejar el ordenador. Así que no se lo cuenten. ¡Cualquiera aguanta a una cantillanera a la que, además del orgullo de su lema, defiende y ama su marido de esta manera!
Como aún estoy despierto, quiero ser el primero en felicitarte. Y por lo que sé del asunto llevas toda la razón del mundo. ¡Qué suerte decir lo que dices a estas alturas de la vida...! La mejor lotería te tocó. Enhorabuena.
ResponderEliminarYo también estoy despierto y me sumo a la felicitación. En estos tiempos que corren los valores han cambiado mucho y la paciencia, la ternura o la sinceridad son valores en vías de extinción. Te deseo otros "tropecientos" años más de feliz matrimonio.
ResponderEliminarLo había programado para mañana, pero es que no me he dado cuenta que ya es mañana, es decir, hoy, domingo. He dormido una buena siesta y ahora no hay quien pueda conmigo. Buena hora para ir a "La Fontana".
ResponderEliminarEl matrimonio es muy bueno; José Luis, lo que pasa es que es muy largo, más que una hipoteca.
...Y a mi que he sido el primero ¿no me dices ná...?
ResponderEliminarSe te ha adelantado José Luis. ¿Pero estais despiertos todavía? ¿No será porque ha ganado el Barcelona?
ResponderEliminarCualquiera sabe, Ángel, la lotería de cada uno. Al menos, si no el gordo, nos ha tocado un buen pellizquito.
Le he ganado a José Luis por ¡seis segundos! Que quede claro...
ResponderEliminarQuiero decir minutos... que son más gordos...
ResponderEliminarMe acuesto, que ya no atino... Hasta mañana.
ResponderEliminar"Detrás de un grán hombre siempre hay una grán mujer"...
ResponderEliminarEn este caso hay mujer para tres "Emilios".
Lo siento hermano "in péctore"... las reglas de mi orden me obligan a decir la verdad. Dale el beso más grande de mi parte a esa Santa.
Tú la conoces bien. Y la entereza que tiene a pesar de lo mal que la ha tratado la vida. Tu Lola también es excelente.
ResponderEliminarUn abrazo para los dos.
Permitame amigo sumarme a la felicitación y desearle a toda la familia unión,salud y felicidad durante muchos años.
ResponderEliminarServidor que es malagueño, recriao en Cataluña y puesto a punto en Sevilla,se siente muy trianero,tanto,que sin haber vivido nunca en el barrio,allí me casé en Santa Ana unos meses después que Vd.Emilio,el 8 de Setiembre de 1972,allí se ha casado mi hija que vive fuera de Sevilla y allí se han bautizado mis nietos.
Yo creo que los que no hemos nacido allí, tenemos que echarle horas extras de cariño al barrio para merecerlo.
En nuestro barrio no se pide jamás pasaporte. Se pide el cariño y la buena voluntad. Son las dos únicas monedas para amarlo. Santa Ana es nuestro fiel, nuestra guía, nuestra veleta en las horas tristes de la vida, y en las felices. Aunque nunca están de más esa horas extras de cariño para compensar las que no le han echado ni nuestro Alcalde, que vive en San Jacinto, ni el ínclito Moriña, que se ha ido del barrio sin una despedida digna. Ha cruzado el puente para no volver jamás. Nosotros se lo agradecemos.
ResponderEliminarHabré visitado Santa Ana mil veces, más, y siempre que vuelvo al barrio me arrastra su sitio, como sin una corriente subterránea me llevase hasta ella.
También le felicito y felicito a su familia en este día tan especial del Día de la Madre.
Me he emocionado leyendo las cosas que dices de Lola, compadre. Quiero ir a veros a los dos -a ella hace años que no la veo; cosas de la vida-, pero el trabajo me tiene atrapado. Será pronto. Recuerdo cuando iba mucho a tu casa de Triana, con Lola siempre atenta y paciente. ¡Qué mujer más cabal! No sé con qué cara me presentaré un día en Córdoba para veros, especialmente a ella, pero tengo ganas de decirle que el mundo funciona porque hay esposas y madres como ella.
ResponderEliminarFalicidades a los dos.
Cuando vengas a vernos con tu mujer -que Mayo es un mes excelente en Córdoba- Lola te va a recibir como ha hecho siempre: con los brazos abiertos. Las heridas nunca hay que abrirlas, sino cicatrizarlas con un buen brindis. Además, ella no sabe nada de las diferencias, pocas, que hayamos podido tener. Jamás le cuento nada de lo que a mí ha podido dolerme.
ResponderEliminarOs esperamos.
Tengo una fotografía de Paco Toronjo que jamás he querido publicar. Lo voy a hacer porque él ya no está, para que sepan las gentes cuánto duele la soledad de los artistas.
Un abrazo, compadre
Caty: parece que se ha borrado tu mensaje, pero quiero dejarte constancia de que lo he recibido. Tu hijo tiene que ser maravilloso, como Antonio y tú. Espero conocerlo algún día. En cuanto a lo de tu madre, que afortunadamente vive, se habrá sentido muy contenta con el envío de esa cesta de flores. Amí me encantan esos detalles.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me enredo por estas hojas digitales tan silenciosas y lo mismo me sale un soneto, que una crítica política, como si estuviera en un pregón se me ponen los pelos de punta o me entran ganas de discutir y mejorar el mundo antes de tomarme la última cerveza. Y me encuentro con mucha gente, personas que no conozco, entonces siento que igual me he metido donde no era, pero son voces amigables de las que llegan al alma y me quedo en una esquinita a escucharlas. A veces, no puedo contenerme, como ahora, y tengo que gritar ¡OLE! Porque escribes siempre tan cerquita del toro, tan de verdad, como los que cantan y saben que se les está rompiendo la garganta…
ResponderEliminarQuerido Rafael: ni yo sé lo que escribo y por qué. ¿Por impulso? Quizás. Ese acercarse al toro, y que a tí te arranca la emoción que agradezco, es mi manera de ser. Puedo ser cualquier cosa menos deshonesto conmigo mismo. Si antes era igual, ahora ya no tengo edad para volverme atrás porque, ciertamente, tengo más pasado que futuro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué bonito lo que escribes de Loli !
ResponderEliminarCuantos recuerdos con Uds,Santi y Nati!
Qué bonito tambien lo que escribiste ayer sobre tu compadre Santi ! Qué foto de los 2 màs guay !! Muchisimos besos y mucho carino de parte de sus sinceros amigos : Alain y Michèle
Mis queridos Alain y Michelle. ¡Qué gran sorpresa veros por este blog! Ya sé el cariño que nos tenéis y el que profesais a Santi y Nadine. El mismo que ellos os tienen. La verdad es que lo hemos pasado maravillosamente tanto en Triana como en Francia. Siempre me acuerdo de La Gioconda en vuestro cuarto de baño.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Pues sí, esto es lo misterioso de los blogs, que se borran mensajes y no sabe uno cómo. Pero bueno, si lo has leído, ya me vale.
ResponderEliminar¡¡¡¡Ayyyyy que te pillé, que aunque mamá no sabe manejar mucho esto del ordenador aquí está su hija para sacarle una copia en la impresora y dársela el próximo día que la vea!!!! jajajajaja
ResponderEliminarCreo que se merece leerlo.
Mejor que no se lo cuentes. ¿Quieres que se crezca más? Hija, eres muy guapa, pero callada estás ¡¡¡guapísima!!!
ResponderEliminarAbrazos de tu progenitor.