
Era un tiempo pasado, sin memoria:
era el tronco del árbol del olvido;
era Dios que a su madre le hizo un nido;
era el tronco del árbol de la Gloria.
Era el ángel que canta la victoria;
era el buen hortelano sorprendido;
era un eco de sangres repetido;
era un pueblo en la bruma de su historia.
Era la propia Virgen de las Huertas:
Madre de mis mayores, Fuente, Puerta,
Fe, Esperanza y Amor de cada día.
Era y es la bandera de mi orgullo
con el lema de: "Huertas yo soy tuyo"
junto al lema de "Huertas tú eres mía".
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