viernes, 21 de mayo de 2010

CANCIONES POR NUESTRAS VIDAS: ANTERIORES A 1936 (10)

Adela del Barco, más conocida en el mundo del espectáculo como "Adelita Lulú", era una madrileña muy guapa y graciosa que dominaba a la perfección la escena y sabía vestir muy bien. Logró grandes éxitos en época de muchas rivalidades, donde triunfaban Raquel Meller, Pastora Imperio, La Fornarina, Consuelo Portela, Amalia Molina o Paquita Escribano, entre otras. Mientras algunas se valían para el éxito del manejo del mantón y del movimiento de la vestimenta, Adelita era una gran profesional en el lenguaje pícaro de la cara, los ojos y las manos, definiendo a la perfección con ellos todo el mensaje de las letras.

Curiosamente, su gran éxito le llegó por medio del cuplé "Ladrón", con letra y música de Martínéz Abades, que habían rechazado al letrista y compositor Olimpia d'Avigny y Paquita Escribano, y que ella estrenó con rotundo éxito en el Trianón Palace de Madrid el año 1913.

A todos contando vas/ que yo estoy chalá por ti/ y todos saben que estás/ viviendo a costa de mí./ Si un duro puedes gastar/ es porque te lo doy yo/ y aún me llevas a empeñar/ cuanto me pillas, gachó.// ¡Ladrón...! ¡Ladrón!/ No mereces otro nombre./ ¡Ladrón...! ¡Ladrón!/ ¿Dónde empeñaste, mal hombre,/ los pendientes y el mantón?// Trabajando para ti/ soy una pobre mujer/ y por ti me veo así:/ sin tenerme que poner./ Hecha un pingo estoy por ti/ y pasando frío voy./ ¿Dónde, arrastrao, echas, dí,/ el dinero que te doy?// ¡Ladrón...! ¡Ladrón!/ Voy a romperte la jeta./ ¡Ladrón...! ¡Ladrón!/ Dame ya la papeleta/ por lo menos del mantón.// Ya no tienes ni un botón/ y dinero te dí ayer./ Te has llevao el medallón/ que ya no volveré a ver./ Esto yo lo arreglaré,/ pues si no al paso que vas/ mañana me encontraré/ con lo puesto nada más.// ¡Ladrón...! ¡Ladrón!/ No hay pa ti bastante guita./ ¡Ladrón...! ¡Ladrón!/ ¡Anda vete y que la Rita/ te señale una pensión!

Otro de los cuplés de Adelita Lulú, también estrenado en 1913, con letra de Álvaro Retana y música de Quinito Valverde, fue el titulado "¡Te has caído, chaquetón!":

De España vine a Nueva York/ guiada por un buen señor/ que dice que/ debo aprender/ bailar a la "dernier"./ Y, aunque muy poco llevo aquí,/ bailar ya sé todo lo "chic"/ y en Nueva York/ causo furor,/ pues doy más vueltas que un peón./ Y en verdad que hago tilín/ más que con el garrotín,/ ¡Plin, plin, plin!// Cuando yo bailo esta dancita/ me pongo tan bonita/ que ya no cabe más,/ ¡Santo Tomás!/ Pero al galán que se enloquece/ le digo si se crece/ con "sans fasón":/ ¡Te has caído chaquetón!//Lo mismo un viejo que un chaval/ conmigo baila muy formal./ Pero después/ pega un traspiés/ y a veces pega tres./ Tan pronto acabo de bailar/ me suelen todos asediar/ y como amor/ nunca doy yo/ se mueren de sofocación./ Soy coqueta de postín,/ pero no paso de ahí./ ¡Plin, plin, plin!// Cuando yo bailo esta dancita/ me pongo tan bonita/ que ya no cabe más,/ ¡San Tomás!/ Pero al galán que se enloquece/ le digo si se crece/ con "sans fasón":/ ¡Te has caído chaquetón!

Adelita Lulú, a la que le encantaban las joyas hasta el punto de que las criticonas decían aquello que ¿de dónde sacaría? y de la que la prensa decía que lucía alhajas por valor de 40.000 duros, una vez que había triunfado en España y América con estas composiciones y con otras como "El debut de la aspirina" o "Manolo", se casó y vivió en París, donde al parecer murió a causa de un inyectable mal puesto.

En 1917, con letra del prolífico Álvaro Retana y música de Ricardo Yust, Aurora Jauffret "La Goya", de la que ya hemos repasado sus más importantes éxitos: "Balancé", "Tápame, tápame" o "Ven y ven", estrenó este cuplé que, poco a poco, nos iba acercando a lo que hoy conocemos como canción tradicional o simplemente como copla. Historia de amores, celos e infidelidades. Todo cabe en la almendra de un cantar. "Manola de sangre azul" es el título de este cuplé:

Yo soy dama de honor de la reina/ y suelo en calesa con ella salir/ y, al llegar a la orilla del río,/ los majos se alegran al vernos allí,/ Hay un mozo que gusta a la reina/ que también me he prendado yo de él/ y de celos y rabia me ahogo/ al ver que no puedo contar mi querer./ No hay chispero que tenga más garbo/ ni sepa a las damas mejor conquistar;/ mas por eso la reina le quiere/ y yo mi cariño le debo ocultar.// Tran... tran... larán... larán.../ Ese majo ha de rendirse/ como yo me rindo a él/ y si la reina se entera/ ¡Vaya si lo sentiré!// Si a la cara saliese el coraje/ ya estaba yo roja de tanto rabiar./ Estos celos me quitan la vida,/ pues yo sin el majo no puedo pasar./ Si la reina se empeña en rendirle,/ al monarca tendré que decir/ que el chispero no puede ser de ella/ pues tiena tan sólo que ser para mí./ Me ha flechado porque es muy gallardo/ y sabe en las fiestas con gracia bailar;/ porque trata con mimo a las damas/ y, en vez de contarlo, prefiere callar.// Tran... tran... larán... larán.../ Ese guapo ha de quererme/ como yo le quiero a él/ y si mi esposo se entera,/ igual estará que el rey.

Una de las artistas que menos han sonado desde aquellos años, pero que tuvo cierta popularidad junto a Paquita Escribano, La Fornarina o La Argentinita, fue la paisana de Raquel Meller, nacida en Calatayud, Manolita Tejedor Clemente, conocida en el mundo del espectáculo como "La Preciosilla", quien ya ganaba en 1914 la no desdeñable cifra diaria de 150 pesetas. Como a Adelita Lulú, le gustaban también las joyas y los brillantes, conseguidos, como casi todas lo hacían, por medio de sus muchos admiradores de fuerte economía que se dejaban seducir por un beso teatral o una caricia oportuna. No era ni muy alta ni muy guapa, pero sabía administrar muy bien los dones de la gracia, la picaresca y el erotismo escénico como muy pocas, hasta el punto de que sin ser una gran cantante solía gustar mucho a los públicos por su soltura tanto en las canciones como en el baile, ya que era una excelente bailarina que sabía llenar todo el escenario. De ella, nos decía su biógrafo, Enrique Gómez Carrillo: "Conceptuada en sus buenos tiempos como figura principal del cuplé, envanecida por lisonjas y reportajes enaltecedores de su persona, Preciosilla apuró hasta el fin la apoteosis de su gloria. Y si en los escenarios se sentía la reina, fuera de ellos no admitía sino admiradores de primera categoría y copichuelas, como mínimo, del mejor champán. En esta Preciosilla palpitaba todo el instinto libre de la raza. Esta Preciosilla ponía, como una hostia, en los labios de sus adoradores de una noche, la sublime sensación de lo que no cambia nunca: de la lujuria, del amor, del instinto..." Se le conocen muy pocas creaciones y sí algunas versiones de otras canciones o cuplés. Para ella si fue creada especialmente, con letra de Ramiro Ruiz, "Raffles", y música de Martínez Mollá, la composición pícara titulada "El Lock-out", en la que ella, aparte de cantar, hablaba al público tal como hemos visto que era norma en muchos cuplés de aquel tiempo:

En el Metropolitano/ una tarde le encontré/ a un extremo de la "cola"/ y a su lado me pegué./ Él se acercó a la taquilla/ y el billete me sacó,/ y cuando le di las gracias,/ -Venga quince -respondió./ (hablando) Me hizo tanta gracia, que a los pocos días Feliciano (porque se llamaba Feliciano) echaba en mi casa el cerrojo. Jura quererme mucho; pero cuando le hablo de casarse...// Me contesta muy formal.../ -Te he declarado el "lock-out",/ el "lock-out",/ el "lock- out" matrimonial.// Para colmo de mis males,/ resultó que era albañil,/ y que si trabaja un día.../ suele descansar dos mil./ Pues cuando no está de huelga,/ le declaran el "lock-out",/ y se pasa las semanas/ engolfado con el mus./ (hablando) Así que luego sueña con el juego, y se pasa la noche diciendo que lleva pares y que juega, y apuntándose una porque sí. Pero si le habla usted de vivir como Dios manda.../ Me contesta muy formal.../ -Te he declarado el "lock-out",/ el "lock-out",/ el "lock-out" matrimonial.// Dos retratos de Pestaña/ puestos tiene en la pared:/ se ha suscripto a Nueva España/ y dice Gorky y soviet./ -Vamos pronto al comunismo-,/ proclama en la vecindad, y de todo lo que gano/ he de darle la mitad,// Le contesto muy formal.../ -Te he declarado el "lock-out",/ el "lock-out",/ el "lock-out" matrimonial.

No fue creación de ella, pero sí quien lo popularizó, el tema "¿Qué tienes, primavera?", que con letra y música de Mariño y Espert Morera alcanzó un gran éxito, aunque, quitando la parte que le tocó en el género más frívolo o picaresco, no muchas más cosas dejó Manolita Tejedor para la gran historia del cuplé:

No sé la primavera lo que tiene/ que un beso ayer mi novio me pidió/ y aunque yo con los labios lo negaba,/ mi boca ruborosa se lo dio.// La primavera, la primavera,/ es una aurora de mil colores/ y los perfumes de la pradera/ despiertan fiebres/ y sed de amores.// Mi novio, no conforme con el beso,/ quería acariciarme y abrazar/ y aun cuando yo furiosa me negaba/ la primavera me hizo al fin pecar.// La primavera, la primavera,/ es una aurora de mil colores/ y los perfumes de la pradera/ despiertan fiebres/ y sed de amores.

Pícara "Preciosilla" hasta para anunciar a la posible víctima qué era un mantón en su cuerpo:

Es el mantón de Manila,/ en hombros de una mujer,/ que tenga gracia al llevarlo,/ para los hombres, la red,

¡Qué de redes para tener tantos brillantes y degustar el más caro champán no echaría al mar de los amores transitorios esta Manolita Tejedor Clemente, "La Preciosilla", valiente donde las hubiera y un ciclón de erotismo en los templos de las varietés!

(En la fotografía, Adelita Lulú)

No hay comentarios:

Publicar un comentario