MANUEL CARRASCO
Diosa grande de la gitanería
errante por las cavas de Triana,
mentora, alba y luz de una mañana
que aceituna de verde morería.
Milagrera de la milagrería
de esta fe de arrabal que hace cercana
la nieve fría y la calor temprana,
el día, noche; la noche, mediodía.
Desplantes. Mil demonios su desplante.
Brazos atrás y el mascarón alante.
Se reafirma y salta y gira y vuela...
Lo estático no existe. No hay bonanza
cuando al ritmo embrujado de la danza
baila el mundo al aire de Manuela.
Diosa grande de la gitanería
errante por las cavas de Triana,
mentora, alba y luz de una mañana
que aceituna de verde morería.
Milagrera de la milagrería
de esta fe de arrabal que hace cercana
la nieve fría y la calor temprana,
el día, noche; la noche, mediodía.
Desplantes. Mil demonios su desplante.
Brazos atrás y el mascarón alante.
Se reafirma y salta y gira y vuela...
Lo estático no existe. No hay bonanza
cuando al ritmo embrujado de la danza
baila el mundo al aire de Manuela.
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