Pues los tranvías volvieron tras medio siglo de destierro, pero menos hepáticos, con nuevo nombre y diseño, amplios, largos en su dinámica y "con aire acondicionado". ¡Ay, si el famoso conductor "Vinagre" levantara la cabeza! Y han vuelto como se iniciaron en 1899: con polémicas, con pros y contras, con amigos y adversarios, con nostálgicos de los antiguos cacharros y con progresistas valedores. Y, eso sí, con un pan de guasa debajo del brazo en cada comentario de uno u otro bando. Qué duda cabe que al final nos acostumbraremos, cuando su trayecto sea más largo y no tan corto como un "Celta" sin boquilla.
Y ha vuelto el tranvía, pero un tranvía que, aparte de innecesario por el corto recorrido y lentitud, rompe toda la estética de la parte más monumental de la ciudad, y más cuando va forrado entero de vinilo con una horrible publicidad; un tranvía al que el humor de Antonio Burgos -redivivo Don Cecilio- ha bautizado como el "Tren de los Escobazos de la Calle del Infierno"; un tranvía de poco más de 1.200 metros que se ha cargado con unos postes horripilantes la belleza de la calle San Fernando y de la Avenida y, para más sofocón, que no deja vivir a peatones y comerciantes por su intensísimo ruido y hasta temblores de edificios que provoca. Pudieron leerlo en un editorial del diario ABC de Julio de 2007 con el título "Las vibraciones del tranvía":
"Uno de los argumentos más usados en los últimos años para la peatonalización de la avenida de la Constitución ha sido el efecto pernicioso que ejercían sobre la catedral, y el conjunto monumental aledaño, la contaminación y las vibraciones que producía el tráfico. Durante años, los expertos habían advertido sobre esta cuestión, y la eliminación del tráfico, a pesar de las consecuencias negativas que trajo, fue acogida como positiva en este aspecto. La catedral quedaba a salvo de humos y vibraciones.
Pero lo que nadie se podía imaginar es que el nuevo tranvía, que se anunciaba como silencioso y suave, tal como se percibe en otras ciudades europeas, produjera el ruido y las vibraciones que produce. Los temblores son tales que la alarma ha cundido en todo el entorno del templo mayor: tiendas, oficinas, viviendas. Todo vibra, todo retumba al paso del tranvía. Ruido y movimiento que se transmite por las losas de granito de la avenida a los monumentos: Catedral, Archivo de Indias, Ayuntamiento y a las casas particulares. Demasiados temblores a juicio de cualificados expertos que ya están exigiendo que se aplique la normativa sobre ruidos y vibraciones que afectan a los edificios y a las personas. La cuestión es grave y es pertinente pedir que se hagan las mediciones precisas por personas especializadas para ver si se están cumpliendo, entre otras normativas, la "Ordenanza de Protección de Medio Ambiente en Materia de Ruidos y Vibraciones", aprobada por el ayuntamiento sevillano el 29 de marzo de 2001 y que regula aquellos impactos "que impliquen molestia, riesgo y daño para las personas y bienes de cualquier naturaleza".
La preocupación se centra, sobre todo, en la catedral. Y es que la probabilidad de daños por vibraciones depende de la duración de éstas, de su frecuencia, de la resistencia de los materiales, de la estructura del edificio, de la calidad constructiva y del mantenimiento y conservación del templo. Y, ya se sabe, la catedral tiene graves problemas estructurales: ha sufrido varios hundimientos en su historia, hay varios pilares pendientes de sustitución y la piedra, arenisca, no es de mejor calidad. Durante el siglo XX se han desprendido muchos elementos, incluidos los pináculos del Sagrario.
Sería una triste guasa que se hubiera peatonalizado la avenida para conservar la catedral y que el polémico tranvía construido por el actual alcalde pusiera en peligro el templo metropolitano. Es urgente que se haga un estudio en profundidad de hasta dónde llegan los efectos de estas vibraciones, ya que, por supuesto, lo que prevalece es la conservación de esta joya del patrimonio sevillano."
De seguro que no es este el tranvía que queríamos los sevillanos, pero es el que toca a nuestros días: el tranvía de los horribles ruidos y vibraciones curado con geles, el tranvía modernísimo y larguísimo en una ciudad entrañablemente clásica y con cánones muy precisos de justas proporciones. Los sevillanos, como en épocas anteriores, han levantado sus voces, pero una de las más expertas, sin duda, es la del Presidente de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Sevilla, don Miguel C. López Luzzatti, que dice entre otras cosas: "Si los problemas que han surgido con las unidades del Metro, se repiten con los tranvías definitivos, los responsables lo van a tener muy difícil para explicar a los sevillanos lo inexplicable, como es el sistema de alimentación eléctrica elegido, con unos postes que serían perfectos para el trazado de San Juan a Gelves y Coria, pero nunca para el corespondiente a la Pasarela, Puerta de Jerez y Plaza Nueva."
Para paliar las vibraciones, ruidos y temblores los responsables se han inventado un sistema, controlado por ordenador, que va a permitir a cada unidad difuminar una especie de vaselina o gel para que el tranvía circule más silenciosamente, ante lo que, en un recuadrillo del diario ABC, firmado con el seudónimo de "Adriano", se dice jocosamente lo siguiente con el título de "Vaselina": "La cosa ya no puede estar más clara, el tranvía llevará vaselina para entrar en el corazón de... Sevilla. Primero obviaron sus catenarias, luego dijeron que era silencioso. Pero hace ruido, provoca vibraciones y lleva vaselina. No sigo. El tranvía es definitivaente un asunto pornográfico".
Sobre esto, el Presidente de Juristas contra el Ruido, don Joaquín Herrera del Rey, se manifiesta diciendo que "la posibilidad de echar gel o agua entre las ruedas y raíles para evitar el roce es una auténtica "chapuza", que las mediciones son un diagnóstico y no una solución, y que el tema puede que no tenga solución porque, en el caso de que se mida dependerá de quién haga la medición, cómo mida, con qué fin mida y si realmente se tomarán medidas".
Lo dicho, este tranvía no es el que queríamos cuando lanzábamos el grito pidiendo su vuelta. Para este "regalo" nos hubiésemos quedado con aquel "peligro amarillo" de nuestra infancia y de la vida de nuestros abuelos y padres. Sufriríamos su traqueteo habitual y hasta jacarandoso y, casi diariamente, tendríamos ante nuestra vida los poemas humorísticos de "Don Cecilio". Pero también es verdad que hoy estaríamos protestando por aquella inmundicia que recorría nuestra calles y plazas.
Lo de siempre: nadie contento, y más cuando, a las 72 horas justas de la puesta en servicio de este modernísimo tranvía, descarriló a la altura de la catedral el 30 de Octubre de 2007, logrando que alguien se acordase de nuevo del inefable "Don Cecilio" que tanto y exquisito humor ha derrochado en estas páginas dedicadas a la historia tranviaria de nuestra ciudad, a la que hoy ponemos el FIN.
Lo que daría Don Cecilio
Y ha vuelto el tranvía, pero un tranvía que, aparte de innecesario por el corto recorrido y lentitud, rompe toda la estética de la parte más monumental de la ciudad, y más cuando va forrado entero de vinilo con una horrible publicidad; un tranvía al que el humor de Antonio Burgos -redivivo Don Cecilio- ha bautizado como el "Tren de los Escobazos de la Calle del Infierno"; un tranvía de poco más de 1.200 metros que se ha cargado con unos postes horripilantes la belleza de la calle San Fernando y de la Avenida y, para más sofocón, que no deja vivir a peatones y comerciantes por su intensísimo ruido y hasta temblores de edificios que provoca. Pudieron leerlo en un editorial del diario ABC de Julio de 2007 con el título "Las vibraciones del tranvía":
"Uno de los argumentos más usados en los últimos años para la peatonalización de la avenida de la Constitución ha sido el efecto pernicioso que ejercían sobre la catedral, y el conjunto monumental aledaño, la contaminación y las vibraciones que producía el tráfico. Durante años, los expertos habían advertido sobre esta cuestión, y la eliminación del tráfico, a pesar de las consecuencias negativas que trajo, fue acogida como positiva en este aspecto. La catedral quedaba a salvo de humos y vibraciones.
Pero lo que nadie se podía imaginar es que el nuevo tranvía, que se anunciaba como silencioso y suave, tal como se percibe en otras ciudades europeas, produjera el ruido y las vibraciones que produce. Los temblores son tales que la alarma ha cundido en todo el entorno del templo mayor: tiendas, oficinas, viviendas. Todo vibra, todo retumba al paso del tranvía. Ruido y movimiento que se transmite por las losas de granito de la avenida a los monumentos: Catedral, Archivo de Indias, Ayuntamiento y a las casas particulares. Demasiados temblores a juicio de cualificados expertos que ya están exigiendo que se aplique la normativa sobre ruidos y vibraciones que afectan a los edificios y a las personas. La cuestión es grave y es pertinente pedir que se hagan las mediciones precisas por personas especializadas para ver si se están cumpliendo, entre otras normativas, la "Ordenanza de Protección de Medio Ambiente en Materia de Ruidos y Vibraciones", aprobada por el ayuntamiento sevillano el 29 de marzo de 2001 y que regula aquellos impactos "que impliquen molestia, riesgo y daño para las personas y bienes de cualquier naturaleza".
La preocupación se centra, sobre todo, en la catedral. Y es que la probabilidad de daños por vibraciones depende de la duración de éstas, de su frecuencia, de la resistencia de los materiales, de la estructura del edificio, de la calidad constructiva y del mantenimiento y conservación del templo. Y, ya se sabe, la catedral tiene graves problemas estructurales: ha sufrido varios hundimientos en su historia, hay varios pilares pendientes de sustitución y la piedra, arenisca, no es de mejor calidad. Durante el siglo XX se han desprendido muchos elementos, incluidos los pináculos del Sagrario.
Sería una triste guasa que se hubiera peatonalizado la avenida para conservar la catedral y que el polémico tranvía construido por el actual alcalde pusiera en peligro el templo metropolitano. Es urgente que se haga un estudio en profundidad de hasta dónde llegan los efectos de estas vibraciones, ya que, por supuesto, lo que prevalece es la conservación de esta joya del patrimonio sevillano."
De seguro que no es este el tranvía que queríamos los sevillanos, pero es el que toca a nuestros días: el tranvía de los horribles ruidos y vibraciones curado con geles, el tranvía modernísimo y larguísimo en una ciudad entrañablemente clásica y con cánones muy precisos de justas proporciones. Los sevillanos, como en épocas anteriores, han levantado sus voces, pero una de las más expertas, sin duda, es la del Presidente de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Sevilla, don Miguel C. López Luzzatti, que dice entre otras cosas: "Si los problemas que han surgido con las unidades del Metro, se repiten con los tranvías definitivos, los responsables lo van a tener muy difícil para explicar a los sevillanos lo inexplicable, como es el sistema de alimentación eléctrica elegido, con unos postes que serían perfectos para el trazado de San Juan a Gelves y Coria, pero nunca para el corespondiente a la Pasarela, Puerta de Jerez y Plaza Nueva."
Para paliar las vibraciones, ruidos y temblores los responsables se han inventado un sistema, controlado por ordenador, que va a permitir a cada unidad difuminar una especie de vaselina o gel para que el tranvía circule más silenciosamente, ante lo que, en un recuadrillo del diario ABC, firmado con el seudónimo de "Adriano", se dice jocosamente lo siguiente con el título de "Vaselina": "La cosa ya no puede estar más clara, el tranvía llevará vaselina para entrar en el corazón de... Sevilla. Primero obviaron sus catenarias, luego dijeron que era silencioso. Pero hace ruido, provoca vibraciones y lleva vaselina. No sigo. El tranvía es definitivaente un asunto pornográfico".
Sobre esto, el Presidente de Juristas contra el Ruido, don Joaquín Herrera del Rey, se manifiesta diciendo que "la posibilidad de echar gel o agua entre las ruedas y raíles para evitar el roce es una auténtica "chapuza", que las mediciones son un diagnóstico y no una solución, y que el tema puede que no tenga solución porque, en el caso de que se mida dependerá de quién haga la medición, cómo mida, con qué fin mida y si realmente se tomarán medidas".
Lo dicho, este tranvía no es el que queríamos cuando lanzábamos el grito pidiendo su vuelta. Para este "regalo" nos hubiésemos quedado con aquel "peligro amarillo" de nuestra infancia y de la vida de nuestros abuelos y padres. Sufriríamos su traqueteo habitual y hasta jacarandoso y, casi diariamente, tendríamos ante nuestra vida los poemas humorísticos de "Don Cecilio". Pero también es verdad que hoy estaríamos protestando por aquella inmundicia que recorría nuestra calles y plazas.
Lo de siempre: nadie contento, y más cuando, a las 72 horas justas de la puesta en servicio de este modernísimo tranvía, descarriló a la altura de la catedral el 30 de Octubre de 2007, logrando que alguien se acordase de nuevo del inefable "Don Cecilio" que tanto y exquisito humor ha derrochado en estas páginas dedicadas a la historia tranviaria de nuestra ciudad, a la que hoy ponemos el FIN.
Lo que daría Don Cecilio
-de pila, José García-,
por hablar de este tranvía
mal llamado "Metrocentro",
al que bastaron dos días
para un descarrilamiento.
para un descarrilamiento.
Pues si, el trenecito de nuestro Alcalde, además de lo que ha costado y seguirá costando, es todo un manual de lo que no se debe hacer en un casco histórico como el de Sevilla. Muchas gracias por tus artículos y fotografías de los tranvías.Los que no hemos podido disfrutar de su presencia en Sevilla hemos imaginado perfectamente cómo era este medio de transporte tan romántico. Nada que ver con nuestro tranvía actual al que llaman "Metrocentro"
ResponderEliminarHoy he cogido ese tranvía llamado Metrocentro. Mejor ir andando. Además, todo forrado de publicidad. Ha sido una pena que no pudieras estar con nosotros este mediodía. Hemos estado con gente muy interesante.
ResponderEliminarMe ha entrado la curiosidad. ¿Qué ha pasado este mediodía, con quién y dónde?..........
ResponderEliminarSe ha presentado la programación de la Bienal, tuve morriña, cogí el lanzadera del AVE y me encajé en el Ayuntamiento. Pero después nos hemos quedado por esas tiendas de comestibles-tascas de la calle Gamazo Ángel Vela, Juan Cembrano, José Luis Montoya, Isabel Fayos... ¡Gloria pura en todo!
ResponderEliminarSi puedes, ve un día con Antonio y tu hijo a Casa Moreno, en la calle Gamazo. Es una tienda de comestibles. Al fondo está lo bueno: las mejores tapas, deliciosas, y el mejor vino. Pregunta por Emilio, un trianero de 24 quilates, y dile que vas de mi parte. Después me lo contáis.
Qué bien...todo el día de jarana y no hay forma de encontrar un momento para reunirnos...Aunque, con lo animado que está ahora el Ayuntamiento, lo comprendo.
ResponderEliminarHoy el ayuntamiento estaba de luto. El alcalde no presentó la Bienal tal como estaba previsto en la nota de prensa. Estará dándole vueltas al fandango de Huelva: Me voy pero no me voy,/ me voy, pero no me ausento,/ que yo me voy de palabra,/ pero no de pensamiento...(Con la cara de cemento.)
ResponderEliminarEspero que, cuando se vaya de una vez, se lleve también con él a Alberto Moriñas, porque es que a Triana le hace falta aire, aire, aire, como canta José Mercé. ¿Cuántos años lleva nuestro barrio sin un acto cultural desde que está este inútil?
Que envidía! Y yo pasando frio en Barcelona. Bueno al menos he podido pasar un rato agradable en El Pastis. Es un "antro-bar" muy pequeño donde hay actuaciones en directo.Está al final de La Rambla, cerca de la estatua de Colón. Los martes hay tango argentino. Al final han terminado interpretando a Piazzolla. Con respecto a nuestro alcalde La Bienal le queda un poco lejos y si ya en condiciones normales no pensaba, ahora qué vamos a esperar de él. Lo peor de todo será la milonga que nos terminarán cantando. Se rien en nuestra cara. Esta mañana escuchaba que Alfonso Guerra podía ser el nuevo candidato a la alcaldía asi que nos podemos imaginar quíén puede sustituir a Alberto Moriñas
ResponderEliminarEn Barcelona tienes que estar pasando cantidad de frío. He visto las imágenes de la nevada por la tele. Nuestro alcalde tardará muy poco en irse, no le auguro más de un mes. ¡Pero, por Dios, que no venga Guerra, el que se cargó el Parque de Doñana y el que tuvo la culpa del primer mangonazo general de España con "suhenmano" el barbas. Te mandaré una ficha de socio para una "Asociación Cultural y Artística" que hemos creado en Triana. La rellenas y me la mandas por correo, si es que te apetece apuntarte.
ResponderEliminarUn abrazo: Emilio
Sí que he pasado frío en Barcelona. Acabo de llegar a mi casa aunque mañana vuelvo a marchar de viaje. Sin ninguna duda espero la ficha para apuntarme.
ResponderEliminarEstimado amigo Emilio, hace dias llegó a mí este tuyo y bién redactado blog trianero , te diré que gracias a "Pujavante" (quién podria decir a esta altura de siglo que fué él precisamente el remolcador que me ha hecho subir hasta tu entrañable "torre de cobalto" )sabemos de tus inquietudes y siempre respetuosas opiniones. A la vez te mando afectuosos recuerdos de tu amigo Manolito Blas el cuál te sigue considerando como su más referente amigo Trianero ,agradeciendote la mención que haces de él en tu página dedicada a los "festivales" ,recuerda el viaje algo "tortuoso" pero a la vez lleno de vivencias ya inalcanzables a sus ya casi 80 años , me encarga encarecidamenente tu mande abrazos y besos para tí y para todos los tuyos, queda hecho por mi parte. Sepas que el que esto escribe és (yerno de otro amigo tuyo que fué José Rivero " El Barquino") Ángel Boa - Bar Café Alondra. Felicidades y ánimo Emilio, desde aquí te seguimos con gran interés.
ResponderEliminarEstimado amigo Emilio, hace dias llegó a mí este tuyo y bién redactado blog trianero , te diré que gracias a "Pujavante" (quién podria decir a esta altura de siglo que fué él precisamente el remolcador que me ha hecho subir hasta tu entrañable "torre de cobalto" )sabemos de tus inquietudes y siempre respetuosas opiniones. A la vez te mando afectuosos recuerdos de tu amigo Manolito Blas el cuál te sigue considerando como su más referente amigo Trianero ,agradeciendote la mención que haces de él en tu página dedicada a los "festivales" ,recuerda el viaje algo "tortuoso" pero a la vez lleno de vivencias ya inalcanzables a sus ya casi 80 años , me encarga encarecidamenente tu mande abrazos y besos para tí y para todos los tuyos, queda hecho por mi parte. Sepas que el que esto escribe és (yerno de otro amigo tuyo que fué José Rivero " El Barquino") Ángel Boa - Bar Café Alondra. Felicidades y ánimo Emilio, desde aquí te seguimos con gran interés.
ResponderEliminarEl gran "Barquino". Recuerdo su casa de la plaza a la perfección, con su merendero de cristaleras a un pairo sensiblemente descuidado, con su bodega. Y Lo recuerdo a él, siempre con su traje y corbata, habla parca pero llena de intensidad. Cantaba por "granaínas" -por lo bajini- para comérselo... "Engarzá con oro y marfil, yo llevo una cruz al cuello..." Noches inolvidables en la terraza de la plaza.
ResponderEliminarY de mi amigo Manolito Blas no me olvido. Es la persona que he querido más de todos los que he tendio la suerte de conocer a lo largo de mi vida: cariñoso, dadivoso, espléndido, amigo de los amigos y el que mejor ha cantado por Malagueñas de todo el mundo. Y el mejor bodeguero. ¡Qué vinos mezclaba Manolito para un oloroso entre áspero y dulzón que era manjar de dioses!.
Me alegra de que sigais esta página. Un fuerte abrazo para tí y para toda Villanueva del Ariscal y, muy expresamente, para Manuel García Castro, el niño de Blas, al que tanto quiero y le debo una visita.