MARÍA LUISA MURILLOTan famosa, quizás, sea como el puente
la célebre botica de Murillo,
de la farmacopea su castillo
y ágora de opinión de mucha gente.
Varias décadas fueron las que al frente
estuvo don Aurelio, lustre y brillo,
trianero de pro, cordial, sencillo;
que hasta fue concejal terco y valiente.
Al filo habitual de su sonrisa
hoy es su hija, llamada María Luisa,
quien te cura al momento las anginas
mientras te habla y no para de Triana,
Al filo habitual de su sonrisa
hoy es su hija, llamada María Luisa,
quien te cura al momento las anginas
mientras te habla y no para de Triana,
o te regala, porque le da la gana,
cuatro o cinco pastillas de aspirinas.
cuatro o cinco pastillas de aspirinas.
Hoy me toca muy de cerca el comentario,porque Aurelio,su hermano,fué amigo y compañero en una de las épocas de la vida más propicias a ello,en la mili.
ResponderEliminarFuimos compañeros de tienda durante seis meses en Montejaque,vividos con la intensidad propia de esa situación y ,además,su persona era para mi la referencia, puesto que al formar para todo,porque en la mili se forma para todo,era el que iba delante mío y cuando mandaban a cubrirse mi mano buscaba su hombro.
Sirva éste comentario para recordarlo con cariño y amistad.
Yo tuve al gran suerte de conocer en mi infancia y juventud a Aurelio Murillo y a su mujer, Goyita. Aurelio iba todos los días a casa de mi abuela, en Pureza 35, a echar su partida de cartas con don Miguel Bermudo -del que mi abuela Emilia era su ama de llaves-, don Benito Villamarín -Presidente del Betis- y con uno de los herederos de Queipo de Llano (siento no guardar su nombre y cargo en mi memoria)-. Pero, aparte, mi madre era prima segunda de Aurora Capitán, la mujer de Camilo Murillo, hermano de Aurelio, y más que primas segundas eran como hermanas. De ahí que a Enrique, Adulfo, Loli, María Luisa, Aurora y Magdalena yo los trate como a primos de sangre, y ellos a mí. No me acerco, ni de lejos, a la gran nobleza trianera de los Murillos, pero, desde el amor, me siento uno más de ellos.
ResponderEliminarMaría Luisa, por eso de la edad, cada vez se parece más a su padre en todo. Yo atravieso Triana para acudir a su histórico y generoso mostrador en mis necesidades farmacéuticas. La figura de Aurelio Murillo se me hizo de gigante cuando conocí, documentalmente, su defensa a ultranza de Triana contra los olvidos municipales en tiempos muy complicados. Puso en riesgo su hacienda y su salud y merece mucho más que ese rincocito donde se le recuerda.
ResponderEliminarSe me da mucho aire a su padre. Nos debes ese libro sobre su figura. Es de justicia que Triana conozca cuánto luchó este hombre por Triana y por los pobres y desheredados de este barrio, que hasta le costó un digusto con la Justicia.
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