de no plantarle cara al desafío,
de ser tú menos firme que el buen trigo.
Si cuando vine al mundo fuiste abrigo,
si cuando me eché andar tu caserío
me cuidaba con mimo y amorío,
si de tanta niñez fuiste testigo...
¿Por qué cuando llegaron las piquetas
tú te dejaste hundir con las macetas
y con la higuera aquella de primeros
sueños que verdeaban en mi infancia
y me verdean ahora en la distancia?
¡Corral mío, llamado de Sargueros!
(FOTO DE JOSÉ LUIS JIMÉNEZ)
de ser tú menos firme que el buen trigo.
Si cuando vine al mundo fuiste abrigo,
si cuando me eché andar tu caserío
me cuidaba con mimo y amorío,
si de tanta niñez fuiste testigo...
¿Por qué cuando llegaron las piquetas
tú te dejaste hundir con las macetas
y con la higuera aquella de primeros
sueños que verdeaban en mi infancia
y me verdean ahora en la distancia?
¡Corral mío, llamado de Sargueros!
(FOTO DE JOSÉ LUIS JIMÉNEZ)
La fotografía me acompaña en casa desde hace muchos años. Ahora también me acompañará tu poema y aunque las piquetas derrumbaron nuestra casa, esta siempre perdurará en nuestro recuerdo y seguirá siendo nuestro orgullo. Gracias Emilio por tus versos y articulos dedicados a nuestro corral. Nuestros descendientes, que no lo conocieron, tendrán un bonito testimonio y cada vez que paseen por la calle Torrijos recordarán orgullosos que allí estuvo EL Corral de Sargueros.
ResponderEliminar¿Sabes por qué este corral nuestro se llamaba así? Si no lo sabes, un día te lo explico históricamente. Tenía una gran historia, importante y muy interesante. La Catedral de Sevilla nos debe gran parte de sus obras artísticas.
ResponderEliminarGracias a tí por haberme enviado esa fotografía maravillosa, que tantos recuerdo me trae.
No lo sé. Un día lo pregunté a mi padre y me contestó que podia ser por el apellido de la familia propietaria del corral. Desconozco la historia y la relación con La Catedral asi que ya tienes tema para otro articulo.
ResponderEliminarNo dudes en que te lo aclararé la próxima semana. Su historia bien puede servir para una novela sobre la Sevilla del XVII.
ResponderEliminarPues quedamos todos a la espera de esa historia.
ResponderEliminar